Hace 10 años la capital de Nayarit vivió uno de los episodios más violentos de su historia: un grupo armado que viajaba en unas camionetas.
Acribilló a 15 jóvenes que trabajaban en un autolavado en la colonia Lázaro Cárdenas, al sur de Tepic. De los fallecidos, 11 era jóvenes que trabajaban en el lugar como parte de su rehabilitación en el Centro Alcance Victoria AC por su adicción a las drogas; dos más eran cajeros, uno vendedor de fruta y otro un cliente que en ese momento iba llegando, informó en aquel entonces Fernando Carvajal, ex secretario de Seguridad Pública del estado.
De acuerdo con la información recabada, aproximadamente a las 9:57 del 27 de octubre de 2010, sobre la avenida Rey Nayar y Río Suchiate, en la colonia Lázaro Cárdenas, al menos 14 pistoleros encapuchados a bordo de tres camionetas con vidrios polarizados arribaron al negocio.
Bajaron de las unidades y con rifles AK-47 y AR-15 abrieron fuego contra las personas que se encontraban en ese momento en el autolavado. Algunos de los jóvenes intentaron huir, pero fueron alcanzados por los sicarios, quienes los acribillaron en la banqueta. Los responsables huyeron antes de que llegara la policía.
Sin embargo, el miedo fue de tal magnitud que algunos autolavados de Tepic cerraron sus puertas ante el temor de que la escena se repitiese en sus establecimientos.
El gobernador Ney González escribió en su sitio de Facebook dos horas después de la masacre:
»15 muertos… heridos todos los nayaritas. Doloroso por la muerte de jóvenes que luchaban por escapar de las drogas. Mientras hay vida, hay esperanzas. Mueren en atentado 15 y la cifra puede aumentar. Doloroso para todos, porque lastiman también a quienes radican en esa zona, a quienes tienen sus empresas en esas calles. Dañan el nombre del estado de Nayarit y su economía y provoca la pérdida de empleos».
Posteriormente informó que las víctimas lavaban un auto con reporte de robo y originario de la ciudad de Mazatlán, en el estado vecino de Sinaloa y considerado el bastión del cartel con el mismo nombre.
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Fue considerada como la segunda peor masacre que se ha registrado en la historia del estado de Nayarit, a más de 700 kilómetros al oeste de la ciudad de México, solo por debajo de la Masacre en Ruiz, la cual dejó un saldo de 29 sicarios muertos.