Los Quintero, los Salazar, “El Mayo”y otros narcos formaron un “súper cártel” en Sonora y Arizona

Imaginar a narcotraficantes como el Chapo Guzmán, los hermanos Caro Quintero, la Reina del Pacífico, los Salazar Ramírez y “El Mayo” Zambada.

Los Quintero, los Salazar, “El Mayo”y otros narcos formaron un “súper cártel” en Sonora y Arizona

Entre otros, en una sola organización criminal parecería imposible,  Sin embargo, las uniones entre cárteles de la droga se han dado en México, como fue el caso de la llamada Federación, la alianza de narcotraficantes mexicanos de la vieja guardia como Ignacio Coronel Villarreal, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, Arturo Beltrán Leyva, Juan José “El Azul” Esparragosa e Ismael El Mayo Zambada.

Que vio su origen después de la primera fuga de Guzmán Loera de la cárcel, en 2001, para defenderse de la agresividad de otros cárteles, en específico de los hermanos Arellano Félix, que controlaban la plaza de Tijuana, en la frontera con EEUU.

Reportes de la DEA señalan que La Federación llegó a controlar el movimiento de más de la mitad de cocaína que transita de territorio mexicano rumbo a Norteamérica. Sin embargo, la alianza se rompió.

Después de esta ruptura surgió una nueva alianza a la que se le conoció como el “súper cártel”, como lo relata en su libro “El cártel incómodo”, el escritor José Reveles.

Esta alianza se pactó en el estado de Sinaloa para controlar el corredor Sonora (México) – Arizona (EEUU).

La estructura estaba integrada por los hermanos Alfredo, Amberto y Carlos Beltrán Leyva, llamados los tres caballeros, así como la familia Salazar Ramírez, que actualmente se mantiene como una de las células del cártel de Sinaloa, y Salomón Benítez “El Licenciado”.

También estaba el colombiano Juan Diego Espinoza Ramírez “El Tigre” y su entonces pareja Sandra Ávila Beltrán “La Reina del Pacífico”. Además, los acomañaban los hermanos Caro Quintero, a pesar de que Rafael se encontraba en la cárcel desde la década de los ochenta, y Jesús Enrique Salazar Villa, entonces considerado por EEUU como el jefe del traslado de cocaína entre Chihuahua y Sonora.

En esta alianza, de acuerdo con el escritor, Ciudad Obregón, en Sonora, ocupaba un lugar importante, ya que se el conocía como “El Culiacancito” -un diminutivo de la capital de Sinaloa- al haberse convertido en escondite de distintos narcotraficantes sinaloenses como el mismo Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, antes de ser detenido por el asesinato del ex agente de la DEA Enrique Camarena Salazar.

“Los hermanos Beltrán Leyva fortalecieron sus operaciones en la siembra de marihuana en el llamado ‘Cuadrilatero del Diablo’, que conforman la región de la Sierra Madre y que cubre parte de los estados de Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora. La droga presuntamente es trasegada por la zona de Álamos (Sonora) con destino a la frontera del estado, principalmente Agua Prieta y Nogales manteniendo para ello una red de burreros y narcotraficantes menores a territorio sonorense”, señala el texto.

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“Los tres caballeros” eran los encargados de introducir la droga a Estados Unidos a través de aviones Velocity o por tierra a través de camiones que, de acuerdo con el autor, eran escoltados por caminos de terracería hasta la frontera por unidades de la Policía Judicial del Estado de Sonora, que los ayudaban a detectar a tiempo retenes del Ejército.

La siembra de drogas y tráfico del “súper cártel” pasaba por distintas ciudades de Sonora como Cajeme, Hermosilo y Obregón, gracias a una estructura física y de complicidades que se había empezado a tejer desde los años noventa.

Sin embargo, el “súper cártel” no tuvo larga vida: los Beltrán Leyva rompieron con el Chapo Guzmán, “El Tigre” y “La Reina del Pacífico” fueron detenidos y extraditados a Estados Unidos al igual que Miguel Caro Quintero.

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