Antes de asumir la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador denunció que en nuestro país había una organización delincuencial que causaba más daño a México.
Que narcotraficantes como Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, y lo nombró como el Cártel de Los Pinos, cuyos niveles de corrupción sumieron a la nación en una severa crisis. En febrero de 2015, durante sus actividades en territorio veracruzano, López Obrador dio un mensaje en la plaza pública de Coatepec, donde congregó a campesinos y simpatizantes de Morena de los municipios cafetaleros de Xico, Teocelo, Naolinco y alrededores.
En un firme discurso, el tabasqueño aseguró que el saqueo de la clase política para ese año sumaba alrededor de 460 mil millones de pesos por ejercicio fiscal, es decir, el diez por ciento del presupuesto anual. Como ejemplo del saqueo al erario público, AMLO señaló a la infraestructura hospitalaria, en la que la administración de Peña Nieto invirtió 15 mil millones.
Para la construcción de dos nosocomios en Zumpango e Ixtapaluca, en el Estado de México, uno de ellos realizado por un familiar de Carlos Salinas de Gortari. En enero de 2016, días después de la detención de El Chapo, López Obrador señaló que las autoridades mexicanas hacían mucho escándalo por la captura del capo, cuando en realidad el líder del Cártel de Sinaloa y todos los supuestos grandes ladrones son ‘niños de pecho’ en comparación con los políticos corruptos del país.
Además, AMLO aseguró que el narcotraficante mexicano no significaba mucho en comparación con el Cártel de Los Pinos, encabezado por Enrique Peña Nieto, y recalcó que esa sí era una organización delictiva importante.
Asimismo, el líder de Morena sostuvo que la banda integrada por políticos corruptos de México debería llamar la atención de las autoridades mexicanas, pues es la que más robó al país, ya que se dedicó a entregar bienes, empresas públicas, minas de oro, plata y cobre, y no conforme con eso, se adueñó de un porcentaje del erario público.