Uno de los hombres que moldearon los primeros cárteles de las drogas en México, fue: Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, del cual te daremos todos los detalles a continuación.
Nació en Badiraguato, Sinaloa, en la comunidad de Huixiopa en algún día de febrero de 1949; como la mayoría de los grandes capos de la droga. Trabajó con Pedro Avilés, “El León de la Sierra” y cuando éste fue asesinado ayudó a fundar el Cártel de Guadalajara, pero sin una participación tan protagónica como sí la tuvieron Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo.
A diferencia de los otros tres capos, el fuerte Esparragoza Moreno no era el tráfico de drogas; sino que este hombre era un conciliador nato, un negociador que hacía el trabajo fino, mientras otros hacían el trabajo duro y sucio. En la década de los 70, ingresó a la Dirección Federal de Seguridad, ahora extinta, y se convirtió en policía para aprovechar la placa y la pistola para brindarle protección a sus amigos y sus cargas de narcóticos hacia Estados Unidos.
Reclutó a otros policías corruptos para ingresarlos en el crimen organizado; y tiempo después se le comenzó a llamar “El Azul”, por su tono de piel tan moreno que dicen que llegaba a verse azulado.
Era alto, fornido, bien vestido y de voz tersa. Un personaje que desentonaba con los narcotraficantes de los años 70 y 80 que comenzaban a forjar el estereotipo del criminal ruidoso, llamativo y fanfarrón.
«El Azul» prefería un perfil bajo
De acuerdo con el periodista Óscar Balderas, este criminal prefería la discreción, así que habría prohibido que se le hicieran corridos, evitaba que le tomaran fotografías, así como los excesos que llamaran la atención.
Pese a sus intenciones de evitar ser el centro de atención, aún aprobaba crímenes horrendos cuando creía que se ameritaban, también corrompía autoridades, erosionó instituciones y condonó actividades de sus compañeros del Cártel de Guadalajara que dejaron muchos muertos y dolor, especialmente en el Pacífico mexicano.
Luego de la caída del Cártel de Guadalajara y el asesinato del agente «Kiki» Camarena, Miguel Ángel Félix Gallardo, desde la prisión, dividió el territorio nacional en regiones para cada señor del narco.
En ese entonces «El Azul» pasó a ser una especie de árbitro mediador entre los criminales, pues todos confiaban en su capacidad de negociación; sin embargo, la ambición de personajes como Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, lo pusieron a prueba pues todos buscaban adentrarse en territorios ajenos y así ganar más dinero.
En 1986 fue detenido por el comandante Florentino Ventura y llevado al Reclusorio Sur. Pasó 7 años en prisión durante los cuales compartió estancia con otro capo de altos vuelos, Amado Carrillo, “El Señor de los Cielos”, lo que le valió tejer acuerdos que lo harían indispensable en los años siguientes.
La influencia de «El Azul» fue tal que habría logrado que el Cártel de Juárez se aliara con el Cártel de Sinaloa; según informó en su tiempo el periodista Ricardo Ravelo.
También, a un año de su salida de prisión, en 1993, se habría involucrado en una negociación de tregua entre los líderes del Cártel de Juárez y del Cártel del Golfo.
«Aquella tregua se conoció como “La Paz del Norte” y duró hasta que El Chapo Guzmán escapó por segunda vez de una prisión y quiso controlar todo el mercado de drogas en intento por crear un sindicato único de narcotraficantes conocido como La Federación», comenta Óscar Balderas.
¿Murió Juan José Esparragoza Moreno, alias «El Azul»?
El personaje se mantuvo con bajo perfil, hasta que el 7 de junio de 2014, el periodista sinaloense Javier Valdéz habría reportado su muerte.
Los familiares de Esparragoza Moreno contaron que el hombre sufrió en mayo un accidente automovilístico que le provocó un fuerte daño en la columna; y a sus 65 años perdió la vida cuando trató de levantarse de la cama y el esfuerzo físico le ocasionó un infarto fulminante.
Sin embargo, había espacios vacíos sobre la información de su muerte, como si su deceso fue en la Ciudad de México o en Jalisco, también si su cuerpo sería llevado a Badiraguato, Sinaloa, y esto era importante porque el gobierno de Estados Unidos quería asegurarse de que su muerte fuera cierta.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos consideraba a «El Azul» como un prófugo cuya captura valía 10 millones de dólares en recompensa; mientras que el gobierno mexicano también tenía una recompensa por sus datos.
Pero días después de que se informara sobre su fallecimiento, las autoridades mexicanas reconocieron que no había evidencia que respaldara la muerte de Esparragoza Moreno.
Esta no sería la primera vez en que el capo mexicano fuera reportado muerto, pues en 2013 ya había sido declarado muerto en un enfrentamiento entre la Marina y delincuentes.
Así que en esta ocasión se difundieron rumores acerca de posibles explicaciones sobre su deceso, lo cual se reforzó después de que se dijera que en una ceremonia secreta, la familia del capo lo había cremado un día después de su muerte, eliminando todo rastro de él.
La DEA aún conserva la ficha de Juan José Esparragoza Moreno en la página de Los Más Buscados de la agencia antidrogas de Estados Unidos.
En la página se puede leer lo que el gobierno estadounidense cree que realmente pasó con el capo negociador: que fingió su muerte con una cirugía plástica y vive despreocupado creyendo que ya nadie lo busca.
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De esta manera, el misterio sobre Juan José Esparragoza Moreno y su supuesta muerte sigue en pie y con posibles versiones alternas, que apuntarían a que «El Azul» simplemente volvió al bajo perfil.