La Policía de Madrid detuvo al “veterano narcotraficante mexicano” por una petición con fines de extradición a Estados Unidos, cuando esperaba abordar un vuelo a la Ciudad de México.
César Homero Magallanes González, presunto narco que pertenece a la red de los Beltrán Leyva, fue detenido en el aeropuerto madrileño de Barajas, cuando esperaba abordar un vuelo a la Ciudad de México. Estas fuentes confirmaron que la petición es por “conspiración para distribuir cocaína con la intención de importarla a los Estados Unidos”.
Y “conspiración para poseer cocaína con la intención de distribuirla a bordo de una embarcación sujeta a la jurisdicción de los Estados Unidos”. Cada una de dichas acusaciones conllevan una pena máxima de cadena perpetua.
Fue el día 19 de septiembre cuando el supuesto narco, de 58 años de edad y 1.80 de estatura, se encontraba acompañado con una mujer, a la espera de abordar su vuelo, que salía alrededor de las 21 horas en la terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas; fue cuando tres policías nacionales lo abordaron y lo detuvieron.
Solo cuatro días antes había llegado la petición del Departamento de Justicia estadounidense con toda la información y una fotografía del “veterano narcotraficante mexicano”, que publicó en exclusiva el medio digital referido, que afirma estaba entre los más buscados de Interpol.
La publicación recuerda que la organización Beltrán Leyva se escindió del cártel de Sinaloa. La ruptura de los Beltrán con el resto de facciones del cártel de Sinaloa, en 2008 se dio tras la detención de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo´. Los hermanos, Arturo y Héctor Beltrán Leyva, acusaron de traición a JoaquínEl Chapo´ Guzmán Loera, a quien atribuyeron el `pitazo´ que terminó con la captura del Mochomo.
Esto inició una confrontación entre ambas facciones, con cientos de muertos. Arturo, El Barbas, fue abatido en diciembre de 2009 durante una operación de La Marina mexicana para detenerlo en Cuernavaca, y Héctor fue detenido en San Miguel de Allende, donde se manejaba con bajo perfil, y murió en prisión en 2018 por un infarto al miocardio.
El 20 de septiembre, Homero Magallanes fue puesto a disposición ante el juez de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, y al ser cuestionado por éste, el detenido no aceptó a ser extraditado ni renunció al principio de especialidad penal, forma jurídica en la que la persona detenida no puede ser procesada o condenada o privada de libertad por ser cometida antes de su entrega
El juez Camala le dictó prisión provisional, a la espera de que inicie el proceso de extradición, que se podría extender unos 4 meses o más, si hay recursos de apelación, a reserva de la decisión de si se aprueba o no la extradición al Tribunal del Sur de California.
De acuerdo al escrito firmado por la fiscal estadounidense Liudmila Batista, el narcotraficante estaba de viaje por Europa. Las autoridades estadounidenses tenían información que tenía billetes de avión para regresar a México en el vuelo de Iberia IB6409 con destino a la Ciudad de México.
El detenido “está asociado con el cartel Beltrán Leyva, una organización de narcotráfico poderosa y de gran escala que opera en Colombia, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Guatemala, México y los Estados Unidos”, dice el documento.
Una organización que “emplearon a agentes policiacos corruptos en México para evitar su aprehensión”, señala.
De esta documentación remitida por Estados Unidos a España detalla que, “por medio de su conducta delictiva, Magallanes ha recibido cientos de miles de dólares en pagos”. También señala que, como otros miembros de la organización delictiva, se infiltran en el seno de las autoridades, en particular dentro de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
“Magallanes y otros emplearon a agentes policiacos corruptos en México para evitar su aprehensión y procesamiento”, apunta al documentación estadounidense para respaldar un arresto y evitar su evasión. Una vez detenido, aunque no se resistió, pidió ser examinado por un médico, que solo le recetó omeprazol para combatir el reflujo.
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El capturado y sus aliados recibían en Oaxaca grandes cantidades de cocaína, que después transportaban a la Ciudad de México, donde la empaquetaban para su envío a Estados Unidos.