El 1 de mayo de 2015 se suscitó uno de los episodios más violentos perpetrados por organizaciones criminales mexicanas en contra de las autoridades.
Aquel día, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) se convirtió en la primera asociación criminal en derribar una aeronave de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como respuesta a los operativos que buscaban capturar a Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, en Villa Purificación.
El ataque con un lanzacohetes RPG-7 que causó la muerte de seis militares fue sólo una muestra de las violentas tácticas que, con el paso de los años, el CJNG implementó para ganar territorio. Un reciente artículo publicado por Raúl Benítez Manaut y Josué González Torres en Small Wars Journal presentó datos que permitirían dimensionar la capacidad de combate que el cártel de las cuatro letras ha alcanzado desde su consolidación como estructura independiente en 2011.
Con datos extraídos del Programa de Datos sobre Conflictos de la Universidad de Uppsala, los especialistas en seguridad y crimen organizado señalaron que entre enero de 2011 y diciembre de 2019 el CJNG estuvo involucrado en mil 493 enfrentamientos armados en contra de grupos rivales.
A partir del año 2016 se presentó un abrupto incremento en la cantidad de confrontaciones, pues los 101 episodios violentos registrados triplicaron los 31 identificados en 2015.
El Cártel de Los Zetas —y sus remanentes— ha sido el grupo contra el que el CJNG se ha enfrentado durante más tiempo y las citadas fuentes refieren un total de 314 hechos violentos entre ambos grupos.
Lo anterior puede explicarse desde los orígenes del CJNG, pues surgieron como un brazo armado del Cártel de Sinaloa y el Cártel del Milenio dedicado, exclusivamente, a asesinar miembros de la última letra. Incluso antes de portar sus representativas cuatro letras, la estructura se hacía llamar Los Matazetas.
Sin embargo, acorde con los datos del artículo, la mayor conflictividad se ha registrado entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa, pues sólo entre 2015 y 2019 sumaron un total de 644 enfrentamientos armados.
Por debajo de los sinaloenses y los de la última letra, la investigación identifica como principales rivales del CJNG al Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL), la Nueva Familia Michoacana, el Cártel Nueva Plaza y Los Caballeros Templarios.
Otro hallazgo relevante compartido por Benítez y González es la expansión del CJNG a lo largo del territorio nacional gracias a su organización en células armadas.
Su ofensiva responde a una lógica de “guerra de baja intensidad” y es visible en el uso de “tácticas de tipo terrorista” perpetradas a nivel local —principalmente— por sus brazos armados.
Ejemplo de esto es la presencia de al menos seis grupos de sicarios desplegados por todo Jalisco. De esta forma, el cártel del “Mencho” tiene blindado el estado en sus distintos frentes, desde la frontera con Colima y Michoacán hasta su colindancia al norte con entidades como Nayarit, Zacatecas y Aguascalientes.
“Su actividad se despliega a través de la violencia para sojuzgar a sus competidores de otros grupos criminales y recientemente ha dirigido actos terroristas contra la población civil, policías y funcionarios de gobierno”, sostienen los autores.
Gracias a esto, el CJNG ha conseguido tener un notorio crecimiento, pues en 2009, bajo el nombre de Los Matazetas, únicamente operaban en Jalisco y Veracruz. Para 2012, ya bajo el liderazgo del “Mencho”, habían incursionado también en Michoacán y Zacatecas.
Su exponencial avance lo llevó a tener, en 2022, operaciones en prácticamente todo el país, con excepción de los estados de Coahuila, Durango y Sinaloa.
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De toda la superficie que comprende el territorio mexicano, 25 estados han registrado al menos un enfrentamiento protagonizado por el CJNG, siendo los más afectados Baja California (477), Guanajuato (236) y Veracruz (178).