Hace poco más de 10 años la Diva de la Banda, Jenni Rivera, perdió la vida en un accidente que conmocionó al mundo del espectáculo y a todos sus seguidores.
Una investigación realizada por las autoridades correspondientes determinó que Eduardo Christian Esquino Núñez estaba involucrado en el avionazo en que murió la cantante de música regional, al ser dueño y operador de Starwood Management LLC, la empresa propietaria de la aeronave siniestrada.
La Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos tiene en la mira desde los años 80 a este hombre conocido como Ed Núñez. En 1991 fue condenado por distribución de cocaína y, en 2004, por fraude referente al registro de aeronaves estadounidenses, pero cumplió su sentencia y fue deportado a México, país de donde es originario, aunque ahora permanece prófugo.
De acuerdo con una investigación realizada por el diario Milenio, en 2020 la DEA descubrió transferencias bancarias sospechosas a una cuenta a nombre de la empresa TWA International Inc., proveedora de aeronaves compradas en Estados Unidos que habían sido localizadas en Sudamérica y Centroamérica con drogas en su interior, o sospechosas de ser usadas para transportar drogas.
Según revela el diario mexicano, el presidente de TWA era Carlos Villaurrutia, aunque después se descubrió que no era más que un operador de Esquino Núñez.
Fue en 2020 cuando la DEA habló por teléfono con Villaurrutia y con Esquino Núñez, y durante la conversación, Ed “admitió recibir recursos de narcotráfico en efectivo en México del Cártel Jalisco Nueva Generación por la venta de aeronaves que eran utilizadas para transportar drogas para la organización.”
A Ed se le vincula, además, con el transporte y lavado de efectivo en aeronaves, en al menos 75 casos diferentes, así como con una sofisticada red de empresas que proveía de avionetas a diversos cárteles, incluido el CJNG y el de Sinaloa.
Te puede interesar: “Resguardarse en sus casas”: enfrentamiento en Ciudad Cuauhtémoc, Zacatecas, obligó a toque de queda
Estas empresas, operadas por familiares y amigos, vendían y arrendaban avionetas registradas en Estados Unidos a los mencionados cárteles, los cuales tenían más éxito al momento de trasladar sus cargamentos gracias a que las aeronaves con registro estadounidense tienen medidas menos restrictivas en el aire que otras.