En diferentes ataques contra los cuerpos de seguridad pública y Fuerzas Armadas, en el lapso del 13 al 29 de agosto en el estado de Michoacán.
Un policía, un soldado y 9 civiles han resultado muertos, siendo detenidos 5 presuntos delincuentes, demostrando la crisis de inseguridad con la que el gobernador Silvano Aureoles Conejo abandona el cargo, entregando un estado sumido en la violencia, en peor situación que cuando el perredista asumió el poder en 2015.
La madrugada del domingo 29 de agosto, un comando armado en al menos 5 camionetas, atacó con rifles de grueso calibre el domicilio del Director de Seguridad Pública del municipio de Senguio, ataque en el que el mando policiaco resultó herido.
El 20 de agosto, en Tarecuato, tenencia del municipio de Tangamandapio, un soldado y seis civiles perdieron la vida en un enfrentamiento, semanas después de la incursión de un grupo armado a ese mismo sitio, donde un civil fue asesinado y la jefatura de tenencia, tiroteada. En el más reciente hecho, un civil fue detenido.
Siete días antes, el 13 de agosto, en el municipio de Epitacio Huerta, la comandancia de la Policía fue objeto de un ataque armado por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación.
En estos hechos, un elemento de la Policía Municipal falleció y uno más de la Policía Michoacán resultó lesionado, mientras que tres sicarios murieron, en dos tiroteos con las autoridades.
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Esto evidencia la fragilidad de las instituciones en Michoacán en los últimos días de la Administración de Silvano Aureoles Conejo, quien actualmente usa la bandera del combate al crimen para hacer campaña por la Presidencia en 2024, aunque en los hechos toleró, solapó y permitió la expansión de la delincuencia en Michoacán, arrastrando consigo 11 mil asesinatos en 6 años de gobierno.
