El papel clave que Emma Coronel y otras esposas de narcos jugaron en el Cartel de Sinaloa

Las esposas de capos vinculados con el Cártel de Sinaloa, como Emma Coronel Aispuro, jugaron un papel relevante para las operaciones del grupo criminal.

El papel clave que Emma Coronel y otras esposas de narcos jugaron en el Cartel de Sinaloa

Más allá del rol tradicional que ellas habían asumido.  De acuerdo con un análisis de el Blog del Narcp, la organización delictiva más consolidada en México delegó actividades fundamentales a parejas que pasaron inadvertidas durante un tiempo considerable.

Mediante fuentes al interior del cártel, analistas y acusaciones de autoridades en EEUU, el medio norteamericano detalló que las mujeres tuvieron una influencia determinante.  Tal es el caso de Coronel Aispuro, esposa de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, como las cónyuges de los hermanos mellizos Pedro y Margarito Flores, otrora colaboradores del ex líder del Cártel de Sinaloa, Mia y Olivia Flores.

Las tres esposas fueron detenidas este año y según investigaciones de las autoridades estadounidenses, actuaron a sabiendas, con intenciones y de forma consciente para contribuir con la organización del crimen transnacional, por ejemplo, con ilícitos de lavado de dinero.

Un operador del cártel explicó a el Blog del Narco que la detención de Emma Coronel fue sorpresiva, pero las acusaciones en su contra, no tanto. Pues las autoridades a menudo no prestan mucha atención a las parejas de los capos.

Pese a que están a cargo de tareas complejas como el blanqueamiento de capitales, la coordinación de operaciones y establecen canales de mensajes con otros miembros del grupo criminal, funcionarios o abogados.

La analista en seguridad, Guadalupe Correa Cabrera, dijo al medio estadounidense que el mundo del crimen organizado es muy patriarcal, pero las mujeres han capitalizado sus roles en ese ambiente.

Por un lado hay prejuicios que llevan a pensar que ellas son débiles, sin malicia e incapaces de involucrarse en ilícitos, pero todo ello es convienente para que mantengan un bajo perfil o no levanten demasiadas sospechas. Sin embargo, tienen acceso a información privilegiada, además, pueden acudir a espacios donde la movilidad de sus maridos es limitada.

Por ejemplo, Emma Coronel pudo ir al juicio del Chapo Guzmán y visitarlo a comodidad en la prisión, a la par que era investigada por autoridades de EEUU. Correa Cabrera apuntó que las mujeres siguen teniendo un papel secundario en los cárteles, pero esa dinámica está cambiando.

La fuente del Cártel de Sinaloa mencionó al portal norteamericano que la participación de las parejas es riesgosa, pues llegan a hacerse de información sensible. Agregó que es fácil que las cosas salgan mal con las esposas de los capos. Siempre recolectan datos fundamentales para la organización, pero pueden venderla a rivales o colaborar con autoridades.

Tras declararse culpable el pasado 10 de junio, Emma Coronel será condenada el próximo 15 de septiembre a las 14:00 horas, tiempo local, en la sala 23 del Tribunal en la Corte del Distrito de Columbia.

Loos fiscales sugirieron una pauta de condena de entre 108 y 135 meses, equivalentes a nueve u 11 años tres meses, para la ex reina de belleza debido a que aceptó sus responsabilidades.

En una declaración de hechos publicada por las autoridades norteamericanas se describen complicidades de una mujer beneficiada durante 14 años con ganancias ilícitas, producto de la venta de drogas.

Aunque también se da cuenta de alguien que recibió órdenes, tuvo reuniones con criminales de jerarquía, sobornó a funcionarios corruptos y estaba consciente de su papel dentro de la organización delictiva transnacional. Por otra parte, se vislumbra a una persona que selló su destino al casarse en 2007 con el Chapo Guzmán.

A Emma Coronel se le acusó de lavado de dinero; planear la fuga de su esposo en 2015 del penal del Altiplano, Estado de México; pasar mensajes para que el cabecilla siguiera al mando del Cártel de Sinaloa; así como su involucramiento en transacciones y negocios con propiedades del Chapo Guzmán, pues de esa forma buscaba evadir y evitar prohibiciones sobre alguien previamente designado como narcotraficante de alto nivel.

Fue detenida el pasado 22 de febrero de este año cuando arribó al Aeropuerto de Dulles-Washington. Luego de sus comparecencias y no ofrecer fianza, quedó recluida en el Centro de Detención de Alexandria, donde ha sufrido condiciones precarias durante 152 días hasta la fecha.

En tanto, las esposas de Pedro y Margarito Flores, quienes traicionaron y hundieron al Chapo Guzmán, fueron detenidas junto con tres familiares más por cargos relacionados con lavado de dinero en Chicago.

Vivianna López, esposa de Pedro Flores, conocida como Mia Flores; así como Valerie Gaytán, esposa de Margarito Flores, identificada como Olivia Flores, fueron arrestadas en las afueras del Distrito Norte de Illinois.

Junto con ellas fueron acusados Armando Flores, hermano de los mellizos, quien cumplió una condena federal por narcotráfico a principios del 2000; Laura Lopez, tía de Vivianna Lopez; así como la cuñada de Pedro Flores, Bianca Finnigan.

“Los conspiradores supuestamente lavaron el dinero mediante el uso de cambio de divisas, tarjetas de crédito, giros postales, tarjetas de regalo, envíos por correo de EEUU y otros medios”, destacó un comunicado del Departamento de Justicia.

Los cargos fueron presentados a un Gran Jurado en abril de este año, pero apenas el pasado 9 de junio fue desclasificado el expediente. En el caso 1:21-CR-00371 de 17 páginas, se enlistan hasta 13 operaciones vinculadas con pagos, transferencias y compras realizadas con dinero de supuesto origen ilícito tan solo en la primera acusación de nueve contabilizadas, de acuerdo con una verificación de el Blog del Narco México.

Las ganancias se gastaron en varios artículos, por ejemplo 165 mil dólares como pago de matrícula de escuelas privadas para los hijos de los mellizos Flores; además de 99 mil dólares en viajes nacionales e internacionales de Vivianna López y Gaytán. Así como USD 80 mil por el alquiler de una residencia que habitó la esposa de Pedro Flores. Incluidos 11 mil dólares en manutención infantil para un hijo de uno de los maridos encarcelados.

En marzo de este año fue revelado que los hermanos Flores ya estaban fuera de la cárcel como beneficio de haber testificado en contra del Chapo Guzmán, ex líder del Cártel de Sinaloa, quien paga una condena de cadena perpetua.

Sin embargo, los gemelos habrían cometido delitos mientras estaban encarcelados, luego de entregarse a las autoridades para colaborar en 2008.

De ahí que se presentaron señalamientos formales por parte de Ralph Meczyk, representante de Felipe Cabrera Sarabia, el Inge y/o el Señor de la sierra, quien fuera jefe de escoltas del Chapo Guzmán y pelea su caso.

Por lo informado a través del Distrito de Norte de Illinois, hay claros indicios sobre la doble traición de los mellizos.

Ocultaron sus actividades criminales, se hicieron pasar por testigos colaboradores y hundieron a Guzmán Loera, pero por años lavaron dinero proveniente del narcotráfico a través de sus esposas, mientras se decían aliados del gobierno estadounidense.

En 2017, las esposas de los gemelos escribieron “Las esposas del Cártel”, usando seudónimos. En el texto describen acceso a cuantiosas riquezas cuando vivieron en México con los gemelos.

Refieren que sus maridos les regalaban rosas rojas, anillos de diamantes de 10 quilates, vacaciones en hoteles lujosos de Puerto Vallarta y que vivían en una finca en la montaña con zoológico privado que incluía caballos, monos y un cachorro de tigre.

Entre 2005 y 2008, los hermanos lograron distribuir cargamentos por un valor de 1,800 millones de dólares en Chicago, Columbus, Cincinatti, Detroit, Milwaukee, Nueva York, Filadelfia, Washington y Vancouver, en Canadá, según un comunicado del Departamento de Estado fechado el 27 de enero de 2015.

Se les atribuye haber entregado a Vicente Zambada Niebla, el hijo de Ismael Zambada García, el Mayo. Hasta 2019, los testimonios de los gemelos fueron clave para atrapar a otros 54 integrantes de los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva; incluido Felipe Cabrera Sarabia, de quien su abogado confirmó las nuevas referencias judiciales contra los gemelos Flores en Chicago.

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De acuerdo con datos de la Administración del Control de Drogas (DEA), el Cártel de Sinaloa a tiene presencia hasta en 50 ciudades de Estados Unidos.

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