Por lo menos seis narcomantas fueron colgadas durante la madrugada de este martes en diferentes puntos del Valle de Toluca, México.
En las cuales presuntos miembros del crimen organizado amenazaron al personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM). Los mensajes fueron firmados por presuntos integrantes del grupo delictivo La Familia Michoacana, quienes según las autoridades mantienen presencia al sur de la entidad federativa y en el Valle de Toluca.
Las mantas localizadas la mañana de este martes colgaban sobre puentes peatonales y vehiculares en Zinacantepec, Xonacatlán, Otzolotepec, Temoaya, y Metepec. Las primeras mantas fueron halladas en puentes del distribuidor vial Alfredo del Mazo González, al norte de la capital del estado, Toluca.
Este lunes por la tarde, elementos del Ejército Mexicano y un convoy de la FGJEM fueron emboscados en la carretera Toluca-Ciudad Altamirano cuando regresaban de diligencias practicadas en el municipio de Amatepec.
La Familia Michoacana opera en el sur del Estado de México, de acuerdo con información de inteligencia del gobierno federal. La FGJEM ha realizado detenciones y operativos contra la operación de delincuencia organizada en esa área de la entidad federativa.
Durante la emboscada de ayer, mientras que los soldados y los ministeriales no resultaron heridos, sí se registraron arrestos y lesionados en el grupo delictivo.
La colocación de las narcomantas, que ya fueron retiradas por elementos de la policía estatal, será investigada a través del sistema de vigilancia de la Secretaría de Seguridad del Estado de México.
La guerra entre La Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control de Michoacán es solamente uno de los factores que han contribuido al decaimiento del grupo delictivo, uno de los más fuertes durante la primera década del siglo XXI. Su debilitamiento comenzó tras la llamada “guerra” contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón.
Y es que La Familia Michoacana fue uno de los cárteles más prominentes en el país en 2006. De hecho, la estrategia de seguridad lanzada aquel año por el ex presidente comenzó tras una muestra de poder de este grupo criminal.
A principios de septiembre, integrantes de la «La Familia Michoacana» irrumpieron en un club nocturno de dicha localidad y lanzaron cinco cabezas humanas en el centro de la pista de baile.
La violencia y brutalidad era inédita para entonces, a pesar de que los cárteles de droga dominaban el negocio en el país desde hacía varios años. En diciembre, unos días después de asumir en el cargo, Calderón anunció el combate frontal contra el narcotráfico con el uso del Ejército.
Sin embargo, con el paso de los años y la intensa batalla con las fuerzas federales y locales, la organización criminal se fue debilitando y al fracturarse surgió el Cártel de los Caballeros Templarios, que fue calificado como todavía más sanguinario y cruel que sus antecesores.
Pero en los últimos meses, el grupo recobró cierta fuerza en puntos específicos de Michoacán, donde se han enfrentado en una dura batalla con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la organización que ha tomado el protagonismo en el país y es considerado uno de los grupos delictivos más poderosos del continente.
Y es que la lucha encarnizada tiene un claro objetivo: controlar Michoacán, una de las principales plazas para el trasiego de drogas en el país. Esta es una de las entidades consideradas como de las principales exportadoras de metanfetamina a Estados Unidos, potenciada por tener el puerto Lázaro Cárdenas, uno de los mayores de Latinoamérica, donde entonces dominaba el cártel llamado “La Familia Michoacana”.
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En marzo de este año, el gobierno mexicano entregó este miércoles a las autoridades de Estados Unidos a Rigoberto “A”, operador y uno de los fundadores del cártel para su extradición.