HERMOSILLO. – La guerra entre Los Chapitos y el grupo de Rafael Caro Quintero por el territorio de Caborca, en Sonora.
Ya dejó a los primeros desplazados por la violencia: familias han dejado su hogar por temor a ser víctimas de algún enfrentamiento armado, que ahora ya son comunes en la zona. Siete familias, entre adultos, jóvenes y niños viajaron en caravana de la comunidad de Puerto Lobos a la cabecera municipal, para sentirse solo un poco más seguros.
De acuerdo con el alcalde de Caborca, Librado Macías, este grupo de habitantes del pequeño poblado pesquero vivía con miedo, porque constantemente se pasean sicarios en convoy, mostrando sus armas y atemorizando a todos. Incluso, se han presentado también enfrentamientos armados entre grupos criminales contrarios, que pelean uno de los territorios clave para trasiego de droga a Estados Unidos.
Sin embargo, a pesar de que ahora estas familias se encuentran en la cabecera municipal, no están del todo a salvo, ya que fue ahí y en pleno centro donde se registraron balaceras, incendios de autos y gasolineras el pasado fin de semana. Y a unos kilómetros más adelante, en la carretera a Sonoyta, fueron abandonados 10 cuerpos apilados y todos, con heridas de arma de fuego.
Los cadáveres que, finalmente, fueron resguardados en un tráiler refrigerado, a las afueras de una funeraria en Caborca, a la espera de que alguien los reclame. Estas ejecuciones se suman a los 53 mil 628 que se han contabilizado en los 18 meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, según las últimas cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Además, las familias de Puerto Lobos se unen a los 380 mil desplazados por la violencia en México, desde 2009 a la fecha, de acuerdo con el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos (IDMC, por sus siglas en inglés). Tan solo el año pasado sumaron 7 mil personas que salieron sus hogares por conflictos armados. Los estados donde más personas han tenido un desplazamiento forzado son Chiapas, Durango, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca y Michoacán. Puerto Lobos, un pueblo pesquero azotado por la violencia La pequeña localidad pesquera donde vivían estas siete familias se ubica a 94 kilómetros de la cabecera municipal, pero pertenece también al municipio de Caborca.
Es un pueblo con 121 personas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Geografía Estadística e Informática (Inegi), en su mayoría pescadores o agricultores, de escasos recursos y sin servicios, como luz eléctrica. Pero, sus playas, que se extienden a lo ancho de Puerto Lobos, son muy conocidas por estar casi vírgenes. Algunos turistas las visitan por los grandes bancos de arena, donde instalan campamentos con los miembros de su familia.
Sin embargo, su misma locación lo hace vulnerable a los grupos criminales, por estar rodeado de desierto, alejado de cualquier autoridad o instalaciones de corporaciones policíacas. Durante los primeros días de mayo, bandas antagónicas de sicarios se enfrentaron a balazos, incendiaron pangas (lanchas para pescar) y almacenes de combustible.
De manera extraoficial se conoce que hubo al menos cuatro muertos y «levantones» ese día; y, según testigos, las primeras balaceras que terminaron en los hechos violentos del pasado fin de semana comenzaron justo ahí, en Puerto Lobos. Para el alcalde Librado Macías no es suficiente el despliegue de elementos de seguridad después de lo ocurrido el sábado, ya que, considera, que debe ser permanente la presencia de elementos de la Guardia Nacional, de la Policía Estatal de Seguridad Pública y de la Sedena.
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«Yo tengo a un comandante municipal, qué puedo hacer contra todo eso… (enfrentamientos armados)», dijo. Caborca podría ser la zona de guerra entre Los Salazar, célula de Los Chapitos, del Cártel de Sinaloa y sicarios de Rafael Caro Quintero, quien buscaría «recuperar» su territorio.
