Servando Gómez, mejor conocido como La Tuta, fue uno de los capos más poderosos de nuestro país y, aunque su historia criminal.
Es sumamente conocida, pocos saben acerca de los errores que cometió una de sus exnovias, que permitieron su captura, por lo que aquí te contamos los detalles. Durante mucho tiempo, La Tuta controló, casi por completo, el estado de Michoacán; de acuerdo con distintos informes, llegó a tener influencia en todas las esferas políticas y económicas de la entidad.
Debido a su peligrosidad, las autoridades mexicanas comenzaron una serie de operativos, cuyo único objetivo era localizar y detener a La Tuta. La tarea que tenían las fuerzas del orden no era sencilla, pues Servando Gómez y sus hombres conocían cada rincón de Michoacán y, aunque en varias ocasiones estuvieron cerca de atraparlo, él logró esconderse en su finca, La Cucha, que se ubicaba en el corazón de la sierra.
Se dice que, aunque La Cucha no era un lugar especialmente cómodo y equipado, La Tuta logró continuar con sus operaciones desde ahí e incluso consiguió grabar un mensaje dirigido al Gobierno, que compartió a través de YouTube.
Aunque todo parecía ir bien para La Tuta, en febrero de 2017 las autoridades lo detuvieron a él y a sus hombres y, gracias a Enrique Galindo, quien ese entonces era Comisionado de la Policía Federal, sabemos que su exnovia fue una pieza clave en su aprehensión.
De acuerdo con las declaraciones de Enrique Galindo, a finales de 2016 la Policía Federal se dio cuenta de que La Tuta tenía una novia que vivía en Morelia, capital del estado, por lo que comenzaron a seguir de cerca cada uno de sus movimientos.
Supuestamente, la expareja de La Tuta no habría seguido las indicaciones que tenía de ser discreta y mantener el perfil bajo, sino que ella habría comenzado a llevar un estilo de vida lleno de lujos y excentricidades, lo que atrajo la atención de las investigaciones.
La Policía Federal siguió por cinco meses a la ex de La Tuta y en ese tiempo descubrieron que, cada determinado tiempo, se trasladaba a la sierra, llevando consigo artículos de primera necesidad, así como comida y otro tipo de cosas.
El 6 de febrero de 2017 fue clave para la detención de La Tuta, ya que ese día su entonces novia decidió enviarle un pastel, lo que permitió que la Policía Federal localizara el paradero exacto de la finca del narcotraficante y pudiera, al fin, llevarlo ante la justicia.
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