Ciudad de México.- Los implicados fueron puestos bajo mecanismos extraordinarios de vigilancia para salvaguardar su seguridad dentro de los centros penitenciarios.
Ante las continuas amenazas en su contra, Giovana «N», y Mario «N», los presuntos responsables del feminicidio de la niña Fátima, fueron puestos bajo una serie de medidas de seguridad. Las autoridades de los respectivos centros penitenciarios decidieron implementar uno mecanismo extraordinario de vigilancia en ambos reclusos, para salvaguardar su seguridad dentro de las instalaciones.
La pareja se mantiene aislada, en un sitio al que solo el personal asignado a su vigilancia tiene acceso. No tienen permitido transitar por las zonas comunes o pasillos de la prisión, además, son monitoreados 24 horas al día. Giovana, que está recluida en el Penal Femenil de Santa Martha de Acatitla, tiene prohibido acercarse a los niños y niñas que cohabitan con sus madres en el centro penitenciario.
No puede participar en actividades culturales, ni recibir alimentos por parte de su familia.
Por otro lado, Mario está detenido en el Reclusorio Oriente y es vigilado incluso en las regaderas.
Estas medias, además de proteger a los presuntos asesinos de la menor de 7 años de un ataque hacia su persona, son para prevenir que los implicados cometan suicidio.
