Seis sicarios fueron abatidos en Ciudad Juárez, Más de mil tiros; había niños cerca…

Ciudad Juárez.-  De acuerdo con la corporación, la balacera se suscitó en una colonia ubicada en el sur de la ciudad, cuando los uniformados fueron agredidos con disparos.

Seis sicarios fueron abatidos en Ciudad Juárez, Más de mil tiros; había niños cerca...

De arma de fuego desde una «casa de seguridad», por lo que repelieron la agresión,  En el primer intercambio de disparos, los elementos de seguridad lograron neutralizar a dos delincuentes, quienes intentaron huir a bordo de un vehículo compacto y dos de sus cómplices resultaron lesionados, quienes fueron detenidos y trasladados a una unidad de emergencias para ser atendidos.

Mientras tanto, en el interior del domicilio quedaron abatidos cuatro delincuentes más, además se aseguró a una mujer, la cual fue puesta a disposición de la autoridad, así como diversas armas de fuego y cartuchos percutidos.

En el enfrentamiento un elemento de la Comisión Estatal de Seguridad resultó lesionado en una pierna, por lo que fue trasladado a un hospital para recibir atención médica, al cual lo reportan como estable y fuera de peligro.

Acompañada de sus tres hijos, “Lourdes” acababa de llegar a su casa en la calle Crisóforo Caballero de la colonia Kilómetro 29, alrededor de las 2:40 de la tarde.

Apenas había cerrado la puerta principal cuando empezó a escuchar una serie de disparos que no se detuvieron por más de 30 minutos. Las autoridades contabilizaron más de mil elementos balísticos.

La situación obligó a la mujer y a sus hijos de 10, 9 y 7 años, así como a su sobrino de 7 años, su hermana y una bebé de 18 meses a meterse debajo de las camas y a arrastrarse hasta el baño.

Así vivió la balacera entre agentes estatales y de la Policía Federal contra delincuentes el pasado viernes, que dejó seis personas muertas.

El terror para Lourdes continuó cuando percibieron que en el techo de su casa había policías disparando y que gritaban dando instrucciones e intentando responder a los balazos provenientes de una casa de dos niveles ubicada justo frente a su vivienda, y que al parecer era un refugio donde se descargaba mercancía de tráileres y de forma habitual había mucha movilización de vehículos y personas jóvenes.

«Me vine a la casa, metí la camioneta, cerré el portón y en cuanto cerré la puerta se empezó a escuchar todo, los balazos. Recogimos a los niños y nos pusimos abajo de las camas, a resguardarlos porque no sabíamos ni qué pasaba”, dijo Lourdes mientras pedía una bolsa para subir al techo de sus propiedad a recoger casquillos.

“Estaban ellos (los supuestos agresores) ahí en un carro blanco y en uno gris platicando y nunca nos imaginamos porque no vimos ninguna patrulla. Pero los del carro gris empezaron a dispararles a los policías que iban pasando, yo creo que se sintieron asustados y empezaron a dispararles”, contó.

La hermana de Lourdes prosiguió el relato: “Nos metimos en los cuartos, en los baños, traté de refugiar a los niños donde Dios me dio entendimiento. Empezamos a escuchar a muchos policías que decían dele, policía caído. No sabíamos ni dónde ocultarnos porque estaban a los lados de la casa, corríamos al baño a escondernos y se escuchaba que caían los casquillos bien feo al techo, dicen que fue como media hora, para nosotros fue una eternidad”.

Junto a la casa de esa familia, una maestra y su hijo de 2 años fueron evacuados por policías cuando el enfrentamiento tenía varios minutos y la docente ya había corrido a una habitación ubicada en la parte posterior sin saber que a su casa construida con sheetrock ya habían entrado cuatro proyectiles.

“Ya estando en el baño, como a los cinco minutos entraron los policías. Me quitaron a mi niño, fue al que sacaron primero, luego a mí me pusieron el chaleco y me sacaron. Afuera estaban todos los policías, el patio estaba lleno. Cuando me sacaron estaba en trascurso la balacera, me pusieron debajo de una mesa, un policía me protegió y ya después me sacaron por donde tiraron la malla, me metieron a una casa y luego a otra”, contó la maestra de 21 años, quien expresó su agradecimiento a los tres agentes que la rescataron.

Ayer aún estaban los cordones rojos rodeando la casa en conflicto, la número 11517 de Crisóforo Caballero, y en el patio quedó un tráiler, una motocicleta y varias botellas de alcohol vacías. Adentró había muebles en desorden y ropa ensangrentada.

Frente a la vivienda quedó el barandal derrumbado, sobre la calle de terracería había un charco de sangre y las paredes de la casa en todos los frentes presentaban orificios de balazos; las ventanas fueron destruidas por los plomazos de armas calibre .223, 9 milímetros y .308.

Poco a poco los vecinos comenzaron a salir, y el único tema de conversación era el enfrentamiento.

“Como yo me quedo con dos nietecitos, de uno y tres años, les dije a los niños ‘son balazos’. Escuchaba que corrían, como siguiendo a otros, que gritaban y andaban en los terrenos y en las casas. Sentía que me daban un balazo a mí, me tiré al suelo con los niños porque andaban bien asustados, grité y grité, y ni modo, al suelo, diciendo que Dios nos cuide y así nos quedamos en el piso, llorando con los niños”, contó una mujer de la tercera edad.

“Mi esposa estaba aquí en el jardín y oyó los primeros balazos y no era más que una patrulla de los estatales y a ellos les dispararon, ahí fue donde un policía fue herido. Yo alcancé a meter a mi esposa y a cerrar fuerte, alcancé a ver al policía que se dobló. De ahí siguieron rafagueando más fuerte los muchachos y llegaron los refuerzos muy rápido”, contó un hombre al revelar que ellos están dedicados a impartir un programa de valores en esa zona y el enfrentamiento es un reflejo, dijo, de la falta de respeto por la vida.

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