Prisiones inviolables y justicia expedita, el terror de los poderosos narcos mexicanos a la extradición…

Hace una semana las autoridades mexicanas intentaron de manera infructuosa ejecutar una orden de detención con fines de extradición.

Prisiones inviolables y justicia expedita, el terror de los poderosos narcos mexicanos a la extradición...

Para Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán. El operativo desató una balacera a gran escala en la ciudad nunca antes vista.  El temor porque Ovidio o “El Ratón”, sufriera el mismo destino de su padre, confinado en la prisión ADX Florence conocida como un infierno para los reclusos, impulsó a los sicarios a defenderlo con todas sus fuerzas.

El terror a la justicia de EEUU remueve las entrañas de hombres todopoderosos en México, no así allende sus fronteras. Para algunos la condena significa que no volverán a ver la luz del sol.

Joaquín “El Chapo” Guzmán

Está considerado como el narcotraficante mexicano más importante en la historia reciente y fue el enemigo número uno del gobierno estadounidense luego del terrorista Osama Bin Laden.

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera fue detenido por primera vez el 9 de junio de 1993 en Guatemala y posteriormente fue recluido en el penal de Puente Grande, ubicado en el estado mexicano de Jalisco, de donde se fugó el 19 de enero de 2001 escondido en un carro de lavandería.

Luego de permanecer 13 años prófugo, el 22 de febrero de 2014 fue reaprehendido en un condominio en Mazatlán, Sinaloa, por elementos de la Marina, luego de eludirlos por varios días a través de un sistema de túneles. Fue internado en el penal de El Altiplano, ubicado en el estado de México, de donde se escapó el 11 de julio de 2015 a través de un túnel de 1.5 kilómetros.

Después de cinco meses de búsqueda, elementos de élite de la Marina y de la Policía Federal volvieron a capturarlo el 8 de enero del 2016 en un hotel de Los Mochis, en el estado mexicano de Sinaloa.

Luego de pelear intensamente en los tribunales mexicanos para evitar ser extraditado a Estados Unidos, el 19 de enero de 2017, “El Chapo” fue entregado al gobierno norteamericano.

Tras un mediático juicio que duró cuatro meses y en el que a través de testigos entre los que figuraron Vicente Zambada “El Vicentillo” y Jesús “El Rey” Zambada, hijo y hermano del también narcotraficante mexicano Ismael “El Mayo” Zambada, se contaron algunas de las atrocidades cometidas por Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, por lo que el jurado lo encontró culpable de 10 delitos de narcotráfico, lavado de dinero y posesión de armas de fuego.

El pasado 17 de julio, el juez Brian Cogan lo condenó a cadena perpetua más 30 años de prisión, por lo que “El Chapo” fue enviado a la prisión federal ADX Florence ubicada en Colorado, en donde de acuerdo con la defensa legal del narcotraficante mexicano, no lo está pasando nada bien.

A inicios del pasado mes de septiembre, Mariel Colón, una de los abogados del ex líder del Cártel de Sinaloa, aseguró en entrevista con la cadena Univisión, que el aislamiento en el que vive “El Chapo” ha repercutido en su estado de salud “se ve mucho más flaco, un poco más apagado”, señaló. Y alertó que su visión disminuyó considerablemente.

“Asumo que fue por las presiones, las tensiones. Puede estar quizás relacionado con el impacto que tiene el aislamiento cotidiano en los presos. El estar en una celda 23 horas al día, sin ver la luz del sol, eso te afecta muchísimo la vista. Porque los presos que están así no pueden usar la vista de larga distancia pues siempre están en un ‘cubo’ y eso les afecta”, agregó la abogada.

Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo”

Hijo de otro capo y actual líder del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada. “El Vicentillo” fue detenido el 19 de marzo de 2009 en la Ciudad de México por agentes de la Procuraduría General de la República (hoy Fiscalía).

De acuerdo con las autoridades mexicanas, Zambada Niebla tenía a su cargo el control de la estructura logística, operativa, y de seguridad del Cártel de Sinaloa por lo que estaba en la lista de los hombres más buscados por las agencias de inteligencia de Estados Unidos, país que había solicitado su extradición desde 2003.

Un año después, en febrero de 2013 fue extraditado a la Unión Americana para ser juzgado por cargos relacionados con el narcotráfico. Se declaró culpable de conspiración para intentar distribuir droga entre 2005 y 2008.

Durante el tiempo que ha estado preso en EEUU colaboró con el gobierno entregando información sobre “El Chapo” y su cártel, con la intención de disminuir su condena. Y así fue.

Pese a la “tremenda y extensa colaboración” de Zambada Niebla en el caso de “El Chapo”, el juez federal Rubén Castillo le redujo la pena a 15 años de prisión, sólo dos años menos a los 17 que fueron sugeridos como condena.

Osiel Cárdenas

Osiel Cárdenas Guillén, líder del cártel del Golfo, fue extraditado a Estados Unidos acusado de lavado de dinero, delincuencia organizada y delitos contra la salud en enero de 2007.

Se convirtió en el líder de la organización tras la captura de Juan García Ábrego. Cárdenas Guillén fue uno de los primeros narcos en reclutar a militares desertores, quienes más tarde formarían el temido cártel de “Los Zetas”.

En 1999 el capo amenazó de muerte a un miembro del Servicio de Aduanas estadounidense y poco después hizo lo mismo con un agente de la DEA. Por esas amenazas, las agencias norteamericanas ofrecieron una recompensa de USD 2 millones para quien aportara datos sobre su paradero.

Fue capturado en tierras mexicanas el 14 de marzo de 2003 por elementos del Ejército Mexicano y de la Procuraduría General de la República (hoy Fiscalía) en Matamoros, Tamaulipas.

Estuvo en el penal de máxima seguridad de la Palma (el Altiplano), ubicado en Almoloya, Estado de México. Su extradición fue concedida desde 2005, pero su entrega no fue inmediata.

Actualmente cumple una condena de 25 años de prisión y una multa de USD 50 millones.

Juan García Ábrego

Nació el 13 de septiembre de 1944 en el rancho “La Puerta”, de Matamoros, en Tamaulipas. Hijo de agricultores, apenas terminó la secundaria para dedicarse al campo, como su familia, y luego trabajó para su tío Juan Nepomuceno Guerra, el fundador del poderoso Cártel del Golfo.

Juan García Ábrego, alias “El Barón de las Drogas” consiguió la nacionalidad estadounidense en 1965, lo que le facilitó el cruce de la frontera para sus negocios en el tráfico de drogas.

En sus mejores años, García Ábrego llegó a producir el 20% de la droga que entraba a Estados Unidos, lo que lo colocó en la mira del gobierno de aquel país, y en 1995 fue incluido entre los 10 más buscados por el FBI. Fue el primer narco mexicano en entrar a esa lista.

El 14 de enero de 1996 fue detenido en su rancho de Villa Juárez, Nuevo León, sin que las autoridades detonaran un solo disparo. Al día siguiente fue extraditado a Estados Unidos, donde había más de 100 cargos en su contra. No quiso colaborar con las autoridades estadounidenses como informante y su sentencia fue de 11 cadenas perpetuas por delitos contra la salud.

“La Barbie”

Édgar Valdéz Villarreal, alias “La Barbie”, fue detenido el 30 de agosto del 2010 por los delitos de delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad, homicidio y lavado de dinero.

Valdéz Villarreal se alió con los narcotraficantes Arturo Beltrán Leyva y Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera para traficar cocaína desde México, Colombia y otros países sudamericanos a Estados Unidos.

El lunes 11 de junio de 2018 fue sentenciado por una corte de Estados Unidos a 50 años de prisión y una multa de USD 192 millones. Cuenta con las nacionalidades mexicana y estadounidense.

Alfredo Beltrán Leyva “El Mochomo”

«El Mochomo», como también se le conoce, fue pieza clave en el narcotráfico mexicano de los años recientes.

Él y sus hermanos, Arturo “el Barbas”, Héctor “El Ingeniero” y Carlos, formaron parte de la alianza que hicieron con el Cártel de Sinaloa, hasta que en 2008 se produjo una ruptura: Alfredo fue capturado por elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de la Defensa Nacional, el 21 de enero de 2008.

En 2014 fue extraditado a Estados Unidos y el 15 de abril fue sentenciado a cadena perpetua por la Corte Federal del Distrito de Columbia por los delitos de tráfico de drogas a EEUU, lo que le generó ganancias de unos USD 529 millones.

El juez federal Richard J. Leon, a cargo del caso de “El Mochomo”, dijo al acusado que con todos los cargos que le imputó el gobierno estadounidense, la pena que impuso era la más adecuada para resguardar la seguridad de la ciudadanía de México y de Estados Unidos.

Benjamín Arellano Félix

El Cártel de los Arellano Félix, asentado en Tijuana, fue uno de los más poderosos de México en la década de los 90.

Fueron los más acérrimos rivales de «El Chapo» Guzmán, pero también perdieron espacios cuando sus líderes fueron detenidos, asesinados o extraditados a los Estados Unidos.

Alberto Benjamín Arellano Félix y sus hermanos controlaron el flujo de cocaína y marihuana que entraban a EEUU desde las franjas fronterizas de Tijuana y Mexicali.

Benjamín fue considerado como el cerebro operativo y financiero de la organización. En marzo de 2002 fue detenido y ocho años después un tribunal en el Estado de México concedió su extradición a los Estados Unidos.

Su sentencia fue de 25 años de prisión y USD 100 millones por asociación delictiva y lavado de dinero.

Dámaso López “El Licenciado”

Su apodo se debe a que terminó la licenciatura en Derecho, y a los 25 años tuvo su primer trabajo como policía judicial. Incluso dirigió un programa de detección de prófugos que lo llevó al sistema de prisiones.

Dámaso López se convirtió en subdirector del penal federal de Puente Grande, en Jalisco, bajo las órdenes del director Leonardo Beltrán Santana. Allí estaba preso por primera vez un joven narcotraficante detenido en Guatemala en 1993: Joaquín “El Chapo” Guzmán.

La periodista Anabel Hernández afirma que Dámaso López, entonces de 33 años, llegó a la subdirección de Puente Grande, por amigos del Chapo y acompañado de un grupo de colaboradores a quienes llamaron «Los Sinaloas».

Precisamente de ahí se fugó “El Chapo” el 19 de enero de 2001. Su escape selló la lealtad y amistad con “El Licenciado”.

Después se convirtió en su hombre de confianza, su operador y negociador, el jefe de su propio ejército de sicarios y su compadre.

Durante 15 años de servicio al Chapo, (“El Licenciado”) construyó su estructura criminal, que incluía la compra de autoridades mediante grandes sobornos y una amplia red en México, Estados Unidos, Centro y Suramérica.

Pero después de la tercera captura de “El Chapo”, Dámaso López protagonizó una lucha de poder con “Los Chapitos”, hijos del capo, para quedarse con el Cártel de Sinaloa.

Justo cuando parecía que él quedaría al mando, vino su detención el 2 de mayo de 2017, en la colonia Anzures de la Ciudad de México.

Un año y un mes después, Dámaso López fue extraditado a Estados Unidos en donde se declaró culpable de introducir cocaína a ese país y pese a cooperar en el juicio en contra de “El Chapo” fue condenado a cadena perpetua.