El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es una de las asociaciones delictivas con más presencia en el país y en el extranjero pues, desde hace varios años.
Se registró como una de las más peligrosas del mundo y la segunda más activa en Estados Unidos. El líder del CJNG es Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, quien es uno de los criminales más buscados del país. El segundo al mando en dicha asociación delictiva es Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán, mejor conocido como El Sapo.
El Sapo tiene actualmente 30 años y está siendo investigado por las autoridades estadounidenses, mismas que descubrieron sus vínculos con el CJNG en mayo. También destaparon que El Sapo tiene el control de Puerto Vallarta y Jalisco, dos zonas clave para la célula debido a que se trata de su ‘bastión financiero’. Además, fue jefe regional de Tabasco y Veracruz.
Se especula que El Sapo opera en la zona de Puerto Vallarta y Jalisco con su esposa, Liliana Rosas Camba, quien estaría encargada de administrar las actividades comerciales y de lavar las ganancias del tráfico de drogas.
El Sapo también se ha llegado a encargar del reclutamiento de sicarios para el CJNG. Según reveló un testigo sobreviviente para el diario El País, el CJNG recluta a los hombres por medio de anuncios de Facebook.
En aquellas publicaciones engañan a la gente ofreciendo empleo como guardias de seguridad; sin embargo, al llegar a la capacitación, encierran a las personas en casas y los obligan a trabajar para el cártel.
El sobreviviente relata que fue trasladado a la sierra de Navajas por el CJNG. En una ocasión, El Sapo entró al lugar donde estaban cautivos y aseguró que daría 3 mil pesos para quien quisiera irse a su casa.
“Ese tiempo me pasó lo peor en toda mi vida: un día, entró la voz de El Sapo (el jefe de la plaza). ‘Adelante, hijos de su chingada madre, ¿quién quiere irse? Les voy a dar 3 mil y a su casa, y a chingar a su madre’. En eso (unos) empiezan a levantar la mano, advirtiéndoles que si estaban seguros. Eran tres del Estado de México, el gordito que llegó conmigo (…) Les dijo: ‘A ver, cabrones, pónganse a pelear todos contra todos’, y comenzaron a hacerlo; el que cayera iba a morir”.
Entonces varios levantaron la mano y los obligó a pelearse ‘todos contra todos’ y, los que fueran noqueados eran acribillados. Pese a todo, el testigo asegura que mató a todos aquellos que creyeron que los dejarían ir con vida.
“A los que por miedo no manifestamos querer irnos nos hicieron llevar los cuerpos. Duramos hora y media porque había unos muy pesados, teníamos que arrastrarlos para echarlos a los elotes“.
