El 21 de junio de 2012, la Marina de México detuvo a un joven al que presentó como hijo del entonces narcotraficante más buscado en el país.
Fue presentado como Jesús Alfredo Guzmán Salazar, uno de los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, con quien le encontraban un gran parecido. Aunque entonces no existía en México ningún proceso penal en contra de Guzmán Salazar, en Estados Unidos era requerido por ocho cargos.
La detención se realizó en el municipio de Zapopan, en Jalisco, en el momento de su captura, el joven tenía USD 135.000 en efectivo, dos rifles, cuatro granadas, dos armas cortas e identificaciones falsas. Fue detenido junto con otro joven identificado como Kevin Beltrán Ríos, su hermanastro, de quien se aseguró que era integrante del Cártel de Sinaloa.
Horas después sucedió algo insólito, la Procuraduría General de la República (PGR), antes de comprobar el parentesco con el narcotraficante, lo presentaron ante la prensa.
Horas después, una mujer llamada Verónica González, se presentó como abogada ante los medios de comunicación para aclarar que el detenido no se llamaba Jesús Alfredo Guzmán sino Félix Beltrán León, además de que no tenía ningún parentesco con el narcotraficante y se dedicaba a la venta de autos usados en Jalisco.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) confirmó que el detenido por la Armada mexicana no era hijo del narcotraficante, a pesar de que las autoridades mexicanas señalaron que su detención era resultado de meses de trabajo de inteligencia.
El 23 de junio, un juez federal penal arraigó por 40 días a los dos jóvenes de 23 y 19 años de edad, respectivamente. En la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIARV/051/2012, se les señalaba como probables responsables de los delitos de delincuencia organizada, posesión de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
A pesar de no ser hijo de «El Chapo», Beltrán León fue consignado ante un juez federal y enviado a la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.
De acuerdo con fuentes cercanas al caso, una vez que Beltrán León y su medio hermano fueron consignados a dicho reclusorio, el juez de la causa determinó iniciarles proceso penal por los delitos de portación y acopio de armas, así como por el ilícito de lavado de dinero.
Después de su consignación, no se supo más del caso ni de sus abogados. Jesús Alfredo Guzmán sigue prófugo.
