Los homicidios en Tijuana, Baja California, México, están a la alza desde 2015, al pasar de 899 crímenes ese año a 3,136 en 2018.
La razón es que existe una cruenta batalla entre tres cárteles que buscan controlar el cruce de droga desde esa frontera con los Estados Unidos, un punto que había sido dominado por el Cárte de los Arellano Félix, pero que perdieron en su batalla contra el Cártel de Sinaloa y sus líderes Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera e Ismael “Mayo” Zambada.
Con la detención de Guzmán Loera, su socio y sus hijos tuvieron mayores enfrentamientos con los Arellano Félix, quienes encontraron en Loz Matazetas a sus mejores aliados. Se trata de un grupo disidente que anteriormente fue utilizado por el Cártel de Sinaloa para mermar a sus enemigos, reporta el portal mexicano La Silla Rota.
El resto de los Arellano Félix se unió también a otra organización llamada Los Cuinis y crearon un frente contra el Cártel de Sinaloa, pero a pesar de sus avances de este grupo, el control del Tijuana es incierto.
El reporte señala que el grupo se denomina Cártel Tijuana Nueva Generación (CTNJ) y es una rama del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), liderador por Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” con presencia entonces en Jalisco y Michoacán, pero ahora extendido a 28 entidades.
La alianza se afianzó en 2016 y el dirigente del CTNG es Héctor Manuel Morales Guzmán, “El Gallero”, compadre de “El Mencho”, un sujeto que tiene en su haber acusaciones sólo por posesión de armas en 2012.
El semanario Zeta –el más reconocido en la región– indica que hay una célula disidente de los Arellano Félix contra el CTNG, lo que ha recrudecido la violencia en la ciudad.
El grupo criminal del “Mayo” Zambada no quita el dedo del renglón y los enfrentamientos por el control son ahora entre ellos, el CTNG y la disidencia de ese grupo, que se hacen llamar con su nombre original, los Arellano Félix.