Cómo terminé en un hospital por miedo a juzgar a ‘El Chapo’ Guzmán

En la ambulancia que salió de la corte federal de Brooklyn unos días antes de que iniciara el juicio contra el narcotraficante mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

Cómo terminé en un hospital por miedo a juzgar a ‘El Chapo’ Guzmán

Iba un neoyorquino que pasó dos noches en vela y que sufrió un ataque de ansiedad debido a la posibilidad de ser seleccionado al jurado de ese caso. Temía que pistoleros del cartel de Sinaloa lo siguieran para obligarlo a dar un veredicto que favoreciera al mafioso o que sus enemigos planearan un atentado a gran escala para asesinarlo ahí.

Mientras el proceso judicial contra Guzmán está en su fase crucial por las maratónicas deliberaciones del jurado, Univision Noticias entrevistó a un hispano que llegó hasta la última fase de selección de ese panel, pero enfermó después de que se encontró cara a cara con ‘El Chapo’ y el juez lo excusó.

No fue el único. Varios jurados potenciales quedaron fuera de este caso porque expresaron que temían represalias de la familia del mafioso. Les dio miedo juzgarlo, a pesar de que sus nombres no se publicaron, de que agentes federales ofrecieron escoltarlos desde y hacia sus casas, y del impresionante cerco de seguridad que se ha implementado alrededor del tribunal.

Este neoyorquino aceptó contar su traumática experiencia pidiendo ocultar su identidad. Dice que el caso le dejó secuelas emocionales y por eso no lo ha seguido ni siquiera a la distancia.

Este es su relato en primera persona:

Fue un proceso muy rudo porque había mucho miedo. Estuve entre los últimos 20 o 25 seleccionados. Al principio éramos como 350 personas o más. Nos dieron un cuestionario larguísimo con cientos de preguntas. Ahí nos daban toda la información del caso y de qué se trataba. Te ponen a revisar los nombres de los testigos para ver si tienes relación con alguno.

Me preguntaron: ¿qué opinas de que un testigo está en prisión y ha pedido una reducción de su condena por ser testigo de este caso? Les dije que sabía era una práctica común en este tipo de juicios.

Obviamente, como hispano, tengo más entendimiento de quién es ‘El Chapo’, porque vivimos en esa cultura de narcotraficantes por Pablo Escobar. Entre los latinos seleccionados sabíamos que esto es bastante serio y que han pasado desgracias: matan al juez, al testigo. Además, estábamos hablando de uno de los mayores traficantes del mundo.

Al principio no temía tanto porque pensaba: ‘esto no va a ocurrir’. Pero pasaban los días, me seguían llamando y decía: ‘¡Dios mío!’. Ya la cosa se puso más compleja. Es súper intimidante.

Frente al capo de capos
A mí nadie me explicó que ‘El Chapo’ iba a estar ahí. Pensaba que las preguntas serían directamente con el juez. Eso pasó en la selección final. Te sientas en una mesa donde hablas con un micrófono. Tienes al intérprete al lado y el juez está frente a ti con todo lo que respondiste en el cuestionario.

La primera vez que vi a ‘El Chapo’ en la corte se me vino a la mente: ‘Ay, ya me vio’ (ríe). Estás en la misma sala y cerca de una persona que ha cometido tantos crímenes, que está siendo juzgado en un país extranjero y hablamos el mismo idioma.

Me preguntaron: ‘¿qué sabes tú de ‘El Chapo’? ¿Has leído alguna información sobre carteles?’. Y él (Guzmán) está frente a ti, te está viendo. Yo respondí que recordaba haber visto en primera plana el escape de ‘El Chapo’, porque lo recuerdo tal cual. Fue en 2015. ‘Conozco el caso, sé quién es’, les dije.

Le respondía al juez en inglés y lo traducían al español. Veía todo cómo se estaba desarrollando en los dos idiomas. Y veía a ‘El Chapo’ de reojo. Él estaba muy atento, no había mucha emoción en su cara.

El abogado de él me preguntó ‘¿qué otra información tienes sobre los cargos?’. Dije: ‘eso es todo’. Me preguntaron si podía tomar una decisión imparcial en base a los hechos.

Pensé: ‘me van a soltar aquí, ya me voy a mi casa’. Porque siendo latino estoy muy cercano al tema. Pero me dicen que tenía que pasar a un segundo cuarto, porque había sido seleccionado para la próxima ronda. Dije: ‘¡No, por favor!’. En el segundo cuarto ya éramos muy pocos, unos 20. Me asusté.

“Imaginé que pondrían bombas”
Sufro de ansiedad y estaba muy alterado. Tenía estrés y no pude dormir dos días. Pensaba: ‘esto es de verdad, esto va a ocurrir, puedo quedar, las probabilidades de que quede eran muchas’.

Los latinos que fuimos seleccionados estábamos asustados. Actuábamos como cuando uno está nervioso y empiezas a bromear. Decíamos: ‘vamos a estar aquí, será que nos traemos unas cartas y nos ponemos a jugar dominó’.

Me preguntaba: ‘¿cómo llegué aquí?’. Eran como 350 personas, qué hago aquí entre las últimas 20’. Eso fue lo que realmente me afectó. Estaba mal. Había tanta prensa afuera, tantos perros y guardias en cada esquina.

Imaginé que pondrían bombas en la corte, que sería un ataque general no uno individual. Por la seguridad que había. Después pensé en un ataque contra mí, pero lo veía más alejado. Sé que los narcotraficantes tienen ojos en todas partes del mundo. Tienen dinero por cantidad en todos lados y tienen a su gente. Me sentía en una película y decía ‘esto no puede ser’.

En esas dos noches que pasé en vela pensaba que tenía que hablar con el juez porque no podía ser parte de eso. Mentalmente a mí no me da. Nos decían que sería totalmente anónimo, nos estaban dando números. Pero yo decía: ‘El Chapo ya me vio la cara. No importa que me pongan un número’.

Lo que sé sobre cómo funcionan este tipo de organizaciones criminales es que no les importa nada, quién esté y dónde esté. Tienen el dinero para hacer lo que les dé la gana. ‘El Chapo’ se escapó dos veces de prisión. ¿Tú me vas a decir que no tienen las posibilidades de hacer un atentado, de poner una bomba, de tener un infiltrado?».

La paranoia en el metro
Nos decían que los Marshals nos iban a llevar y traer a la casa todos los días. Pensaba que si lo hacían la gente de mi edificio se iba a enterar. Es imposible mantenerlo totalmente anónimo. Nos dijeron que el juicio podía tardar entre 4 y 6 meses, que sería todos los días, de 8 de la mañana a 5 de la tarde. Cuando uno se pone a pensar que estarás allá adentro, día tras día, yo sabía que emocionalmente no podía.

Sentía que los estadounidenses lo estaban tomando como otro caso, como si fuera Charles Manson, OJ Simpson. Tienen otra cultura.

Me daba miedo cuando me iba hacia el tren o en Uber. Pensaba: ‘¿no habrá gente que esté pendiente afuera de la corte tratando de saber quiénes son los que van a quedar como jurado?’.

Hasta ese punto no te daban una seguridad personal, entras a la corte como si fueras a trabajar. Es muy fácil que te sigan. Había vigilancia dentro del edificio, en el lobby, al ir al baño, había guardias en todas las esquinas. Pero una vez que sales eres cualquier civil y te sientes vulnerable».

Ataque de ansiedad en la corte
Una semana de que comenzara el juicio quería hablar con el juez. Estaba mal. Tenía las manos frías y me sudaban. Ver los perros y los guardias me tenía mal. Decía: ‘no puedo entrar a la sala nuevamente, no quiero ver a ‘El Chapo’ otra vez’.

Apenas llegué a la corte les dije que no podía más, que no quería hacer perder el tiempo de otros. ‘Necesito salir de aquí, no puedo hacer esto, me desmoroné totalmente’. Me llevaron a un cuarto aparte y ahí me puse histérico. Llegó un médico, me vio. Tenía muchísimo miedo. Decía: ‘ni siquiera quiero salir, no quiero saber nada, quiero salir de aquí’.

No quería que me vieran los reporteros, nadie; ni la seguridad que estaba dentro del edificio. Me dio como mucha paranoia. No confiaba en nadie. No me sentía seguro.

Pensaba: ‘seguro afuera me están esperando porque hoy eligen al jurado y van a saber quiénes son’. El médico que me vio dijo: ‘no debes estar aquí’. Y me sacaron en ambulancia y me llevaron a un hospital.

Me desmoroné primero en mi casa. Ni siquiera quería ir a la corte, me quería quedar en mi casa. Tenía un miedo horrible. No le conté a mi familia, solo a mi pareja. También le asustaba.

Cuando le conté a mi mamá me dijo: menos mal que no me dijiste hasta ahora porque a mí también me habría dado algo.

Por eso me desconecté. No he seguido nada del caso. Estuve afectado en las siguientes dos semanas. Pensaba: ‘esto nunca pasó, yo no quiero saber nada’.

¿Cuál será el veredicto del jurado?
Puedo decir que en el jurado hay gente muy educada, inteligente y preparada. Hay mucha diversidad: latinos, afroamericanos y blancos. Siento que hicieron una buena selección.

Nunca hablamos del caso, estaba prohibido. Era bastante intimidante. Sientes que estás en la mira. Los que fueron seleccionados no deben estar muy contentos.

Había uno bien jovencito, bien campante, como ‘ah, otro día más’. Yo le dije: ‘tú no sabes lo que esto significa’.

Es un jurado que va a ser justo en términos de tomar una decisión en base a los hechos y a la evidencia. Según la lista de cargos, los testigos y la evidencia que les hayan presentado, de muchos de esos cargos sí pueden encontrar culpable a ‘El Chapo’.