Una de las periodistas más famosas en México es Ana Lilia Pérez Mendoza, quien además es una exitosa escritora que se ha especializado en reportajes y denuncias sobre temas de corrupción, lavado de dinero, migración y el sector energético.
Desde el comienzo del gobierno de Felipe Calderón, Ana fue una de las principales denunciadoras del cambio de actividad criminal que se podía advertir en el horizonte del país, ya que con la dificultad de seguir haciendo narcotráfico (por lo complicado que es transportar droga fuera del país) los ojos criminales se volcaron al robo de combustible.
Ana Lilia es egresada de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Diplomada en Periodismo por la Universidad José Martí, de La Habana, Cuba; en Historia de México por la Academia Mexicana de la Historia y en Periodismo Financiero por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Desde sus inicios en el ámbito del periodismo, Ana Lilia se encontró con la dura realidad de México, y entre 2004 y 2006 publicó numerosos reportajes que revelaron el tráfico de influencias y negocios ilegales de los familiares del expresidente de México Vicente Fox en Petróleos Mexicanos, incluidos sus hijastros y su esposa, Marta Sahagún.
En 2005 reveló una red de agentes de migración implicada en el tráfico de niñas centroamericanas, lo que le valió el reconocimiento de El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés)
En 2010 salió a la luz una de sus obras más importantes, Camisas Azules, manos negras. El saqueo de Pemex desde Los Pinos, lo que hizo que ganara el Premio Nacional de Periodismo en México, pero al mismo tiempo la colocó en la mira de la esfera del poder que no estaba contenta con todo lo que denunciaba.
Lo anterior, luego de que desde 2004 fuera la primera periodista en documentar el tráfico de influencias y las irregularidades en la paraestatal por la empresa Oceanografía.
En el libro antes mencionado y en diversas publicaciones periodísticas hizo públicos documentos que vinculan cabildeos y beneficios de Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño y César Nava a favor de esta empresa.
Asimismo, en 2008 realizó una revelación que sorprendió a todos los políticos en aquel entonces, pues salieron a la luz los contratos que el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, recibía de Pemex mediante prácticas de tráfico de influencias y conflicto de intereses. El caso se convirtió en el primer escándalo de corrupción en el sexenio de Felipe Calderón.
Debido a todo lo que exponía a través de sus escritos, comenzaron a llegar amenazas que buscaban hacerla desistir en su lucha por exponer la verdad de lo podrido en México, situación que en 2012 la llevaría a abandonar el país para buscar asilo político en Europa.
Poco después, narraría parte de su experiencia y explicaría el motivo de su huida:
En junio del 2012 me vi forzada a salir de México, bajo graves amenazas y en circunstancias que ponían en riesgo mi vida. Para salvaguardar mi integridad y frenar el acoso y la violencia de los que he sido víctima ―documentados por organismos y organizaciones nacionales e internacionales en materia de libertad de expresión y de derechos humanos― me acogí a un programa europeo de protección para perseguidos políticos, bajo un esquema de asilo temporal. […] De manera personal, he abordado exhaustivamente el manejo que se ha hecho de Pemex en gobiernos que prometieron combatir la corrupción y tener ‘manos limpias’. Varias de esas investigaciones han generado la inhabilitación o procedimientos legales contra funcionarios y contratistas corruptos, lo cual representa un triunfo para la sociedad. Como consecuencia, he sido blanco de un insistente acoso que en su expresión más cobarde incluye las amenazas de muerte. […] Bajo esa circunstancia, muy a mi pesar, salí de mi país”.
Tiempo después regresaría a México para continuar hablando de las circunstancias que ponían en riesgo la seguridad de todos. El punto más alto fue lo que ocurrió recientemente en Tlahuelilpan, una situación que ella ya venía anticipando.
Frente a la gran tragedia que este viernes sacudió a Hidalgo, Ana Lilia expresó sus intuiciones sobre lo que considera el origen de este siniestro, pues frente a las exigencias que rayan en el cinismo de los exlíderes panistas, una cosa es cierta: el robo de hidrocarburos existe desde hace muchos años:
Hace muchos años se trataba de robo hormiga, conforme pasó el tiempo los cárteles y el crimen organizado se comenzaron a meter, por lo que la organización y logística era más compleja y requerían a más personas porque resultó ser un buen negocio; pasaron de la clandestinidad a lo legal, cuando muchas gasolineras dejaron de comprarle a Pemex para adquirir el producto con ellos”.
Asimismo, advirtió que en muchas comunidades de México los grupos criminales obligan a los ciudadanos a participar en el robo de combustible, y debe investigarse si este fue el caso de la localidad en Hidalgo.
En muchas comunidades hay presión de grupos criminales para que la gente participe en el robo de combustibles. Hablé con una mujer que está pidiendo asilo político en Estados Unidos por esto: es el primer caso de asilo por huachicol. Ella va huyendo de su pareja que es un huachicolero en Guanajuato”.
Al respecto, emitió su juicio de lo que considera importante frente a la ola de comentarios que culpan a los pobladores de su mismo accidente:
Tampoco es así. Tenemos las condiciones en que estaba esta gente, que en muchas zonas está obligada a trabajar para grupos del crimen organizado. Es una realidad. Y también el tema de la pobreza. Era una tragedia anunciada, tan anunciada que previamente en ordeñas y tomas mal manipuladas ya había habido muertos. Un ducto es una instalación de alto riesgo. Por eso está prohibido construir, manipular o excavar en torno a ductos. Si están manipulando la toma mientras sale el chorro y están ahí, por supuesto que se corre un riesgo tremendo. ¿Qué circunstancias llevaron a la gente a estar ahí? Eso es lo que debe analizarse a fondo. ¿Fue su propia circunstancia de pobreza a pesar de saber que se corre riesgo, o bien, participaron por presión del crimen?”.
Ana Lilia habló de que más allá del robo en ductos, las estrategias son más elaboradas pues el 80 por ciento de la sustracción de los hidrocarburos ocurre vía marítima o a través de facturas falsas:
Es todo un mecanismo bien estructurado por eso es una industria paralela dentro de Pemex”.
La periodista agregó que no sólo están coludidos los funcionarios, sino que existen grupos empresariales y cárteles que se enriquecen con el delito. Recordó al público que desde 2011 denunció el problema que se prestaba para aumentar, cosa que evidentemente ocurrió:
Yo tuve que estar en exilio, había una intención muy clara por que no saliera esta investigación que se construyó con informes internos de Pemex. Los funcionarios que debían atender el problema unos se involucraron en el delito y otros lo dejaron pasar”.
Finalmente, la periodista Ana Lilia Pérez señaló que el mercado negro de hidrocarburos es un negocio tan criminal como el narcotráfico:
La sangre que se derrama en entidades como Guanajuato es por esta disputa por el huachicol; es una disputa que tiene sangre detrás también”.
Ana Lilia considera que la estrategia adoptada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es algo positivo, pero lamentablemente el problema se ha extendido más allá de lo imaginable.
La periodista explicó que la negligencia que hubo durante los últimos sexenios para atender el problema ha dado como resultado el aumento de víctimas.
De acuerdo con ella, a medida que creció el robo de combustible y dejó de ser práctica hormiga para convertirse en el principal botín del crimen organizado, también se vinculó a muchas comunidades como un efecto letal. Este es ‘el rostro más vulnerable y vulnerado de todo el espectro criminal’.
Ana Lilia afirmó:
México está en duelo por estas 94 personas que murieron en circunstancias injustas; injusticia, en el contexto social de cómo se dejó que se llegara a esto. ¿Cómo se permitió que la gente otorgue prioridad a llenar un garrafón de gasolina en lugar de pensar en su propia integridad? ¿Cuándo llegamos a esto? Cuando desde los gobiernos se permitió que la criminalidad se apoderara de las estructuras gubernamentales”.