El Chapo le dijo al Cholo Iván que no matara gente inocente: «Cuando los tengas me llamas pa no fusilar gente inocente»

El martes durante el juicio contra el Chapo el jurado escucho una serie de grabaciones que realizo el FBI. La conversación telefónica de Joaquín «Chapo» Guzmán.

El Chapo le dijo al Cholo Iván que no matara gente inocente Cuando los tengas me llamas pa no fusilar gente inocente

Más surrealista escuchada el martes fue una charla a los gritos con su jefe de seguridad en Sinaloa, el Cholo Iván, un hombre violento, rebelde y dueño de una risa maníaca que retumbó en la sala de la corte federal de Brooklyn donde es juzgado el acusado, provocando escalofríos a los presentes.

El «Cholo» se muestra en la conversación telefónica como un hombre que disfruta de golpear a policías, y pese a los ruegos del Chapo, a quien llama «jefe», insiste en torturarlos, a el Chapo le preocupaba que se matara gente inocente por lo que quería asegurarse que no fueran inocentes las personas que se tenían que eliminar.

Los audios corresponden a llamadas que el FBI interceptó accediendo a los servidores del sistema que usaba el cartel de Sinaloa para comunicarse. Las autoridades estadounidenses lograron hacerse así con unas 1.500 conexiones realizadas entre abril de 2011 y enero de 2012. Un centenar de ellas incluyen conversaciones entre El Chapo y su personal de confianza.

El Chapo y el Cholo refugiados en algún lugar de la sierra del Triangulo Dorado cuando despues de que Joaquín Guzman Loera se fugara por un tunel en julio del 2015, conocido en el mundo criminal como El Cholo Iván, quien hacía a la vez de protector personal y matón de El Chapo.

Durante el diálogo, ocurrido en abril de 2011, Cruz relata problemas con policías. Y Guzmán intenta tranquilizarlo.

«Bueno, Cholo, pos ahí, así llévatela calmada», le dice.

«¿Pa’ qué le voy a echar mentiras? Ahí se portan mal, nos portamos mal. Si se portan bien, nos portamos bien», responde «Cholo Iván».

En otro intercambio en el que llama a la calma a su sicario, Guzmán le pide expresamente que no se mate a gente inocente.

«Y este, cualquier persona (…) ya que la tengas amarrada y eso, checamos pa’ no fusilar gente inocente», dice «El Chapo».

Instantes después, anuncia que pronto recibirá dinero para que «paguen las quincenas y ya se aliviane algo».

Y más adelante pregunta a Cruz si le había pateado «el lomo» a los policías.

«A todos les pateé el culo: federales, municipales…», responde Cruz. Agrega riendo que los policías «estaban a chingazo».

«No seas tan drástico, ‘Cholo’ cabrón, llévatele calmada con los policías», ordena «El Chapo».

«Digo, pues es que usted nos enseñó a ser loba», responde Cruz. Y acota: «Así me gusta andar a mí».

«Tienen que hacer caso»

En otra llamada de ese mismo día, «El Chapo» insiste en pedirle a su jefe de seguridad que evite machucar a los policías.

«Ya los machucaste una vez, ya tienen que hacer caso. Habla con el director», dice.

«Estos son otros», responde Cruz.

Más adelante, en la misma conversación, hablan de cómo actuar ante quienes les roban.

«El que ande robando, me comentas y ya, se lo damos a la judicial pa’ que lo meta al bote», dice «El Chapo».

«No, pa’ andar de mitotero no tiene caso, jefe. Usted me ha enseñado eso», dice Cruz, que instantes después advierte que no tiene para «comprar mercancía».

«Qué bueno que tocaste ese tema. El que venda perico (cocaína) no lo vayas a fusilar», advierte «El Chapo».

‘El Cholo Iván’, por su parte, le comentó enfadado sobre una emboscada que sufrió de alguna banda rival y de que los sicarios del cartel no respondían cuando necesitaba apoyo en enfrentamientos a tiros. “Le puse una roseada (baleó) pa’allá a los pinches que llegaron y me mataron a un policía”, contó Gastelum Cruz, describiendo que tenía a su cargo a 40 pistoleros. “Le vamos a meter chigadazos”, prometió.

‘El Cholo Iván’, el violento lugarteniente que acompañaba a Guzmán cuando fue recapturado en enero de 2016, estaba a cargo de su seguridad personal cuando nuevamente fue capturado el Chapo

En otra serie de llamadas se escucha a El Chapo hablar con un miembro del cartel llamado Gato. Comentan sobre los sobornos a un nuevo comandante de la policía federal, al que llaman el Yanqui. “¿Está recibiendo el pago mensual?”, pregunta. “Sí”, le responde su interlocutor antes de pasarle el teléfono. Guzmán le pide como «favor especial» que no mueva a unos agentes que trabajan para la “compañía”. “Cuente conmigo”, replica. También habla en una más con otra mujer sobre enviar droga desde Los Ángeles a Ohio.

La calidad de las llamadas es pésima y desordenada, por lo que el jurado tuvo que seguirlas gracias a una transcripción escrita que les facilitó la fiscalía de las conversaciones traducidas del español. La selección sirve, sin embargo, para demostrar que El Chapo estaba perfectamente en control, cuál era su talante al gestionar la organización y el respeto que le mostraba su entorno más próximo.

Hay una conversación también con Mario Núñez Meza, alias M10, el líder de la plaza en Juárez y que fue una figura clave en la guerra contra la organización de los Carrillo Fuentes. Hablan de los contactos que tiene con un gobernador, del que no revelan su nombre. En la sesión de la tarde se presentó, además, un vídeo ya difundido por LiveLeak en el que se ve a El Chapo interrogando a miembros de Los Zetas.

El agente especial Stephen Marston del FBI, que presentó los audios, explicó que accedieron a ellos por tres vías: gracias a la cooperación con las autoridades holandesas, por el registro que se hizo al servidor que almacenaba las llamadas y a que el técnico a cargo de las comunicaciones del cartel en Colombia empezó a trabajar para ellos, lo que permitió tener un acceso remoto en el sistema.

El narco colombiano Jorge Cifuentes ya relató el problema de seguridad que tuvo Joaquín Guzmán en las comunicaciones. Lo atribuyó a algo tan banal como no pagar los derechos para utilizar la tecnología de encriptado. La realidad es que su técnico había dado las llaves del sistema al FBI. Así se interceptó la llamada en la que El Chapo negocia un cargamento de cocaína con las FARC.

Fue el propio Cifuentes el que presentó al técnico a Guzmán, bajo la promesa de que era una persona competente. El narco mexicano, como él mismo relató, era una persona muy cuidadosa con las comunicaciones y tomaba todo tipo de precauciones para evitar las interceptaciones. El agente del FBI explicó que abandonaron ese sistema en el verano de 2012, sin explicar por qué.

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