El cártel tenía operaciones en los estados de Nuevo León y Veracruz; sin embargo, tras la pugna contra Los Zetas, estos territorios quedaron perdidos.
Durante su etapa cumbre a cargo de Osiel Cárdenas Guillén, la corporación se expandió a territorios de la zona sur del país, llegando a tener conexiones en Europa, África, Centro América y Sudamérica. El CDG realizó su incursión en el mundo del narcotráfico durante la época de los ochenta gracias a Juan García Abrego, durante esta época logró controlar la venta de cocaína, metanfetamina y mariguana en Quintana Roo.
Así como la distribución a sus principales centros de comercio. El Cártel del Golfo también lleva a cabo asesinatos y extorsiones en sus lugares de influencia. La organización fue conocida por sus violentos métodos de tortura. Una de sus características principales fue que incluyó en sus operaciones a niños de entre ocho y diecisiete años, quienes se encargaban de descargar la droga.
Según especialistas, el CDG no está consolidado como un grupo delictivo debido a su fragmentación que contabiliza siete células criminales: Los Rojos, Los Metros, Los Fresitas, Los Dragones, Los Ciclones, Los Pelones y Los Talibanes, mismas que luchan entre ellas.
El último líder conocido del Cártel del Golfo fue José Alfredo Cárdenas Martínez, alias El Contador, capturado en Matamoros el 19 de febrero de 2018.
Debido a las luchas internas de las células criminales, el futuro del cártel es incierto.