El Pistache de La Unión se puso a llorar cuando lo detuvieron…

Se quedó sentado, sollozando, llorando y pálido. Con las manos atrás, esposado y con su playera en la que se leía “good looky mafia”. Ya no habló más.

El Pistache de La Unión se puso a llorar cuando lo detuvieron...

En la mesa quedó la pizza de Papa Jhons que acababa de cenar y muy lejos de ahí su arsenal. Un agente federal le acercó un Yakult y se lo dio en la boca, Así terminó detenido David «N» El Pistache, “El Pistache de la Muerte”, como se hacía llamar, uno de los delincuentes más buscados en la Ciudad de México, en los últimos meses, y actual líder del grupo delictivo La Unión. Está acusado de homicidios, secuestros, extorsiones, trata de personas…

Desde hace dos meses elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) le seguían la pista. Conocían sus movimientos, los lugares que frecuentaba, las mujeres con que se reunía, los festivales de música electrónica a donde pretendía ir.  Fue hasta ayer que decidieron ejecutar el operativo para su captura. Sabían que las noches de los lunes salía del departamento en donde vivía en Lomas de Santa Fe, para trasladarse a la Narvarte.

Lo hacía ese día porque ahí le entregaban las “ganancias” del fin de semana; ese dinero que recolectaban sus cómplices, era de extorsiones y venta de drogas en distintos bares.

Pasaba de la media noche del lunes cuando los agentes de la corporación que encabeza Omar García Harfuch llegaron a los puntos que ya tenían ubicados. Un departamento de Lomas de Santa Fe, uno más en la Narvarte, una casa en Tepito.

De manera simultánea entraron a los tres lugares. En Santa Fe no hubo resistencia. Ahí estaban cenando una pizza de Papa Jhons y esperando la llegada de unos consomés.


Ahí estaba El Pistache y su hombre más cercano: Daniel Eduardo León Cifuentes El Tiger. Acompañados de algunos cómplices, estaban terminando de cenar y se preparaban para ir al departamento de la Narvarte por 800 mil pesos.

Ya no pudieron salir. Los agentes los sometieron y los detuvieron a todos. En las recámaras quedó la ropa de Pistache. Casi un centenar de tenis, sudaderas y pants. Marcas como Louis Vuitton, Gucci, Dolce & Gabbana estaban regadas por doquier. Pistache se puso pálido. Ninguno de sus sicarios llegó para ayudarlo. Ellos estaban a kilómetros de ahí, tratando de escapar. Agentes federales echaron abajo la puerta del departamento de la Narvarte, para detenerlos.

En ese lugar tenían un arsenal. Quisieron usarlo, pero no les sirvió.

El Pistache de La Unión se puso a llorar cuando lo detuvieron