El capo fantasma, el delator y el «narco junior» arrepentido: el papel que tendrán los Zambada en el juicio a «El Chapo» Guzmán

Sus nombres vienen a colación porque forman parte importante en la vida de «El Chapo» Guzmán, quien el mes próximo será juzgado en Estados Unidos por 17 cargos relacionados con el narcotráfico.

El capo fantasma, el delator y el narco junior arrepentido el papel que tendrán los Zambada en el juicio a El Chapo Guzmán

La historia empieza con el patriarca, Ismael «El Mayo» Zambada García, de 70 años, quien ahora no sólo es el líder del Cártel de Sinaloa, una de las dos organizaciones narco más poderosos del mundo, sino que también puede presumir de ser el único capo narco de la vieja guardia que nunca ha sido detenido, en sus más de 40 años dentro del negocio.

Siempre ha optado por guardar un bajo perfil en lugar de la estridencia y relaciones con la farándula que llevaron a prisión a su socio, «El Chapo» Guzmán. En lugar de usar sus ganancias para rodearse de lujos, las invierte comprando protección o para patrocinar eventos en comunidades como El Álamo, en el estado de Sinaloa, la tierra donde nació y donde aún tiene negocios como una empresa lechera, que se abastece de los ranchos ganaderos propiedad de la familia.

Algo que nunca se le ha discutido a Zambada es su lealtad a «El Chapo». Sin embargo, al menos uno de sus 10 hijos (de los cuáles tres han estado o estuvieron presos en Estados Unidos) habrían entregado a las autoridades de EEUU información relacionada con el capo narco y podría ser usada en su juicio a iniciar tentativamente el 5 de noviembre.

El «Vicentillo» y su trato con EEUU

El primero de los hijos del Mayo en caer en manos de la justicia fue su primogénito, Vicente Zambada Niebla «El Vicentillo», detenido el 19 de marzo de 2009 en el lujoso fraccionamiento Fuentes del Pedregal de la capital mexicana, horas después de haberse reunido con personal de la DEA. Su detención fue polémica debido a su apariencia generó toda una serie de comentarios positivos, principalmente entre mujeres.

Joven, varonil, con un saco de terciopelo negro, aparentemente Armani, y con la cabeza en alto, fijó el modelo del narcojunior mexicano que había estudiado en escuelas privadas en el extranjero y cuya responsabilidad entonces era encargarse de la logística del cártel que su padre ayudó a fundar. En 2010 fue extraditado a Estados Unidos donde enfrenta cargos por tráfico de drogas, delito del cual se declaró culpable.

En 2014, un funcionario del Departamento de Justicia de EEUU citado por la revista mexicana Proceso lo definió como una parte fundamental para la segunda captura de Guzmán Loera en Mazatlán, México, febrero de ese año, después de más de una década de haber estado prófugo.

«Sin la información que proporcionó en Chicago (Jesús) Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, no hubiese sido posible capturar en México al El Chapo y a otros narcotraficantes importantes», dijo la fuente a la publicación.

El funcionario del gobierno de Barack Obama señaló que antes de ser capturado, el hijo del «Mayo» ya cooperaba con la DEA y se convirtió en testigo protegido a cambio de no tener que enfrentar una pena de cadena perpetua.

Los datos que dio «El Vicentillo» fueron clave para conocer los movimientos tácticos del «Chapo» y su escolta. Zambada Niebla dio una lista con los nombres de las personas más cercanas al capo y eso ayudó a que pudieran interceptarse sus números de celular y otros métodos de comunicación. Casi todos esos datos se compartieron con el gobierno de México, que finalmente lo atrapó», destacó el entrevistado quien aseguró que incluso estaría proporcionando información para atrapar a su padre, por quien el gobierno de EEUU ofrece USD 5 millones de recompensa.

«Se puede creer o no, pero en el crimen organizado las lealtades no son un credo muy respetado, que digamos. En dos ocasiones recientes (en la sierra de Durango ambas) estuvimos, junto con el gobierno mexicano, muy cerca de atrapar al Mayo. Como dicen en México: le estamos pisando los talones», expresó la fuente.

Zambada Niebla tendría información también sobre la supuesta relación de cooperación entre el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y sus diversas agencias, incluidas la DEA y el FBI, y los líderes del Cartel de Sinaloa que se habría fortalecido a través de un abogado llamado Humberto Loya Castro, según consta en declaraciones hechas en 2011 en una corte de Illinois.

«En virtud de ese acuerdo, el cártel de Sinaloa, a través de Loya, debía proporcionar información recabada por El Mayo, El Chapo, y otros, sobre otras organizaciones rivales mexicanas del narcotráfico para el gobierno de los Estados Unidos», destaca la declaración a la que Infobae tuvo acceso.

«A cambio, el gobierno de Estados Unidos acordó desechar la persecución del caso pendiente contra Loya, para no interferir con sus actividades de tráfico de drogas y las del cártel de Sinaloa, no perseguirlo activamente, ni al Chapo, ni a Mayo, ni al liderazgo del cártel de Sinaloa, y a no detenerlos», se lee en el documento.

«El Vicentillo», se declaró culpable de conspiración para poseer e intentar distribuir droga en territorio estadunidense entre 2005 y 2008. Será sentenciado el 17 de diciembre de este año.

Por su colaboración, se prevé que el juez federal estadounidense Rubén Castillo, a cargo del juicio del hijo de «El Mayo», deje de lado la cadena perpetua que le correspondería a «El Vicentillo» por sus delitos, y le imponga una pena menor de 10 años, así como una multa de USD 4 millones, de ser así, la sentencia le podría abrir la puerta hacia la libertad.

Según explicó a Infobae Jonathan Rosen, experto en criminalística y tráfico de drogas, el sistema penal estadounidense toma en cuenta el tiempo que un preso estuvo encarcelado sin recibir sentencia y si se toma en cuenta que el Vicentillo está en presión en ese país desde 2010, estaría a punto de completar la condena.

«Ellos (los jueces) toman en cuenta el tiempo y otra cosas, en general, en estados Unidos tienes que estar en la cárcel por un porcentaje del tiempo y es posible que te digan que puedes ir antes», explicó.

En la histórica y única entrevista que dio «El Mayo», en 2010, el periodista mexicano Julio Scherer le preguntó por su primogénito y su respuesta fue: «Hoy no voy a hablar de ‘mijo’. Lo lloro».

Serafín y las dudas

El hijo menor de «El Mayo», Serafín Zambada Ortiz, obtuvo su libertad en septiembre pasado, luego de haber sido detenido en 2013 y sentenciado hasta marzo de 2018 a 66 meses de prisión por tráfico de drogas. El joven no cumplió su condena completa, ya que estuvo preso solo 58 meses.

Las autoridades estadounidenses justificaron su liberación argumentando buena conducta, juventud, tiene 27 años, e inexperiencia así como su deseo de estudiar Agronomía cuando saliera de la cárcel y las cartas enviadas por familiares y amigos pidiendo una segunda oportunidad. Sin embargo, su libertad anticipada también despertó la duda de si entregó información al gobierno de Estados Unidos.

Serafín tiene la nacionalidad estadounidense, por lo que no pudo ser deportado como la mayoría de los extranjeros que cumplen su condena en prisión y se desconoce si sigue en ese país o regresó a México.

«El Mayo» tiene un tercer hijo preso en Estados Unidos: Ismael Zambada Imperial, «El Mayito Gordo», aprehendido en Culiacán, Sinaloa, en noviembre de 2014, y extraditado a Estados Unidos un año después, donde se le acusa de conspiración e introducción ilegal de mariguana, cocaína y metanfetaminas, principalmente a California, pero su caso ha sido menos mediático que el de sus hermanos.

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